La razón por la cual los tatuajes se convierten en permanentes es que el depósito de pigmentos que los forman se convierte en un tipo de infección crónica, pues la aguja atraviesa la epidermis, que es la capa más superficial de la piel, también profundiza unos milímetros hasta alcanzar la dermis, el estrato profundo del tejido cutáneo, mismo que está repleto de nervios, folículos pilosos, glándulas sudoríparas y vasos sanguíneos.
El sistema inmune se pone alerta cuando se genera la herida por lo que se comienza a inflamar un poco, esto se debe a que unas células defensoras llamadas macrófragos acuden al rescate por querer eliminar ese elemento extraño que es la tinta; los pigmentos sobrantes también se llenarán de tinta pues son absorbidos.
En resumen, los tatuajes se quedan en tu piel porque la tinta se asienta en la capa de la dermis, mientras que la epidermis renueva constantemente sus células, el metabolismo de la dermis no lleva a cabo la renovación celular, estos durarán toda tu vida a salvo que los quites mediante técnica láser.
El tratamiento de láser para borrar tatuajes puede ser lento, caro y doloroso; eliminar un tatuaje pequeño puede costar hasta 1.400 dólares, además que los modernos de colores llegan a ser imposibles de eliminar, como verde, púrpura, rojo y amarillo.
Actualmente existen otros métodos para eliminarlos, uno de ellos, es la tecnología láser Q-Switched, una forma más fácil y menos dañina para la piel, lo que hacen estos láseres no es eliminar la tinta, sino romper las partículas en porciones muchos más pequeñas, que son más tarde eliminadas por el sistema linfático.
Fuente: microsiervos. com