CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- El ajolote es una especie en peligro de extinción, y mientras las últimas estimaciones en el país sitúan la población actual en menos de mil ejemplares, la joven ciudadana americana y de padres nacidos en Salvatierra, Avileni Ferreira Gantes, cuenta con un criadero de más de mil emblemáticos anfibios, que por siglos dicha especie ha representado a la cultura mexicana.
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El 1 de febrero del 2018 la revista científica Nature publicó el artículo “The axolotl qenome and the evolution of key tissue information regulators”, por lo que el Senado de la República decretó este día como el Día Nacional del Ajolote, y el mejor ejemplo es la joven Ferreira Gantes, quien nació y vive en Chicago, Illinois, Gage park.
“Siempre me han gustado los animales y especialmente los pescados. Crecí entre peceras toda mi vida. Lo que empezó siendo pasatiempo de una pecera chica para mi papá, se volvió en un pasatiempo y negocio para mí, dijo la estudiante de la University of Illinois at Chicago (UIC).
Comentó para El Sol del Bajío que en 2020, a principio de la pandemia, decidió sacar las dos peceras que tenía guardadas, y de dos se volvieron 10 peceras, pero en el 2021 tuvo la necesidad de una conexión con la cultura mexicana.
“Siendo hija de dos padres nacidos en Salvatierra, México, y yo una ciudadana americana, me sentía desconectada de esa parte de mis raíces. Cuando investigué la historia de los ajolotes, la mitología azteca y su conexión con el país de origen de mis padres, decidí tener ajolotes”, narró la joven que cursa el cuarto año en Finanzas en Negocios Internacionales.
Narró que de cuatro ajolotes que le compraron sus padres, se volvieron 12, y luego su casa se convirtió en un mundo acuático, por lo que ha participado en congresos y ha ofrecido charlas en escuelas para promover la cultura mexicana a través del axolotl, palabra que viene del náhuatl, la lengua de los antiguos aztecas, y significa “monstruo de agua”.
“Decidí incubar 100 huevos de ajolotes. Con esos 100 bebés decidí compartir mi pasión con mucha gente, tanto de Estados Unidos como de México. Hoy, febrero de 2023, tengo más de mil bebés ajolotes que espero poder darles nuevos hogares para compartir con todos lo maravilloso que es tener estos lindos seres en casa”, dijo la joven que ha recibido el apoyo de sus padres Lourdes y Teodoro, así como de su hermano Gabriel, y ha logrado convertir la planta baja de su casa en un acuario.
Compartió que ha vendido más 100 ajolotes y próximamente ofertará más, no con el afán de hacer negocio, sino para promover el cuidado y amor a los ajolotes, símbolo de la cultura mexicana.
“Lo que más ha disfrutado es poder hablar con más gente de los ajolotes, como en escuelas con niños y jóvenes, y compartir el mismo amor para estos seres fantásticos. Una maestra de un colegio es la que más me ha motivado en el cuidado y venta de los ajolotes, porque se conmovió con la pasión con que los cuido y alimento. Y lo voy a seguir haciendo, porque es una forma de mantenerme conectada con mis raíces en México”, concluyó.