Irapuato, Gto.- Cientos de personas visitan a diario está capillita que está ubicada a un costado de la catedral en Irapuato, un lugar de devoción y de respeto para muchos, pero también tiene su historia y sus mitos sobre los sucesos que han acontecido a través de los años.
Esta capilla dedicada a las Benditas Ánimas del Purgatorio, es un lugar que se construyó gracias a la colectas de limosnas que se realizaron en el año de 1839 por María Dionisia Muñoz, quedando así construida en aquel tiempo dentro de lo que era antes un cementerio que se encontraba a un costado de lo que hoy es la Catedral, lugar que fue designado a Dionisia Muñoz para llevar a cabo ésta obra.
Sobre los mitos de este sitio, que han llegado a contar las personas que han acudido a este recinto. Se cuenta sobre este lugar que algunas veces, las personas cuando entran a la capilla a rezar por las benditas ánimas escuchan que los llaman por sus nombres, otros han afirmado que cuando esta ahí llegan a sentir como si no estuvieran solos.
También algunas personas han comentado que en ese espacio se siente una tranquilidad e inclusive en ocasiones se desprende un olor agradable, después de hacer oraciones por el descanso de las almas.
Se dice que durante el día han visto entrar a señoras mayores a esta zona pero nunca las ven salir, a pesar de que es un recinto muy pequeño y que además cuenta ya con una reja de protección.
Un ex-trabajador de conocido hotel de ese rumbo en una ocasión platicó que en una noche vio entrar a la capilla a dos personas, pero él noto que metros antes uno de ellos tiro una bolsa el cual contenía un rosario, él la levantó y corrió a hacia ese sitio para entregárselos, al acercarse a dicho lugar el tocó la puerta pero nadie salió, pero él vio claramente cuando estas dos personas se metieron a la capilla, por lo que optó por retirarse de inmediato del lugar sumamente asustado.
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También una tarde un feligrés acudió al lugar para rezar por las ánimas, pero ese día se encontró con un extraño señor que estaba sentado en una de las bancas de la capilla y notó inclusive que tenía una semblante muy triste, él intentó hablarle para invitarlo a que rezaran juntos, pero el extraño solo lo miró, posteriormente se inca para rezar el feligrés aunque ya con temor y al voltear hacia donde se encontraba este hombre este ya había desapareció sin hacer ruido.
Varias son las experiencias de las personas que han acudió a este espacio a rezar y pedir por el eterno descanso de las almas del purgatorio, aunque no todas han tenido estas experiencias y solo se han dedicado a orar.