CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- Para que un niño o niña no se vea frutado al iniciarse en un deporte es importante llevarlo poco a poco, hacerlo sentir desde su primer día que es capaz de hacerlo, mejorarlo y llegar a ser un buen deportista, mencionó la profesora Mónica Cano en conferencia virtual.
La profesora en Ciencias de la Actividad Física y Deportes, dijo que el control motor es el fruto de la integración de las informaciones sensitivas y motoras por el control del sistema nervioso central al realizar movimientos integrales normalmente se siguen tres fases: Movimientos Preparatorios (Estabilizan el tronco), Movimientos Agonistas (Ejecutan la acción) y Movimientos finales (Frena todo el movimiento del motor).
Mencionó que cuando se quiera que un menor comience con alguna actividad física, se requiere de una estabilidad, lo que es control motor tienen que tener experiencias motrices porque todos los movimientos a lo largo de su vida y en un corto tiempo deben de tener control del cuerpo para tener reflejos.
Añadió que como entrenador deben de ver las capacidades de respuesta cuando los movimientos del cuerpo tienen problemas ya sea por un daño físico o porque al niño le lleva tiempo a aprender, siendo importante no acelerar las etapas del aprendizaje para que el niño tenga una experimentación en su cuerpo y saber hacer uno, dos, tres o más movimientos.
En niños de seis a nueve años que se vallan iniciando en el deporte, deben de realizar carreras y desplazamientos, que vean que es lo que están haciendo, que requiere, ver como necesita estabilizar sus movimientos para dar paso a otros y que valla teniendo movimientos controlados, pasando también a los movimientos de equilibro, los cuales ya son más complejos donde ya aprenden a girar y realizar otros momentos con más rapidez y un mejor control hasta que logre tener los movimientos de manera libre.
Apunto que es bueno dejar al niño a que experimente para que su aprendizaje siga creciendo, pero orientarlo como por ejemplo si el niño no sabe cómo se juega cada deporte, hacerle saber cuáles son las posiciones, ya sea en futbol, basquetbol, o como corredor decirle que se termina hasta cruzar la meta entre otros ejemplos.
Para que un niño no se desilusione desde el primer día es importante que los entrenadores le expliquen qué es lo que se realiza, que el niño se sienta seguro de que tendrá que repetir la actividad, hacerle saber cuáles son sus destrezas y hasta dónde están sus limitaciones haciéndolo consiente de ellas sin causarle una frustración al menor.
“Cuando nosotros queremos que los niños empiecen con alguna actividad física, alguna disciplina deportiva para que los niños pueden tener ese movimiento o ese desenvolvimiento de todas las experiencias que los niños quieren tener dentro del deporte, debe haber esta estabilización, lo que vamos a conocer como control motor y nace de la sincronización del funcionamiento de todos nuestros órganos y aparatos, así como la ubicación espacial del mismo”, explicó Cano Hernández.
En tanto que el aprendizaje motor se define como el conjunto de procesos internos asociados a la práctica y la experiencia, que producen cambios relativamente permanentes en la capacidad de producir actividades motoras, a través de una habilidad específica, es un proceso de acciones continua que apunta al rendimiento del movimiento.
Asimismo, es la adquisición, aplicación y mantenimiento de las destrezas motoras, centrándose en el desarrollo de las capacidades coordinativas y condicionales, además de los modos de conducta, es el proceso por el cual se adquiere la capacidad de realizar una serie de movimientos coordinados de forma automatizada.
Estos procesos en los niños comienzan con los primeros movimientos desde aprender a alcanzar un objeto, a aprender a lanzarlo o como no lanzarlo, los procesos complejos como la bipedestación, la marcha o la carrera. El aprendizaje motor es una suma de otros procesos ya aprendidos”. Menciono la ponente a las cerca de 60 personas que se conectaron.
En cuanto a entrenar a personas adultas dijo que se debe de ser más insistentes con los movimientos, ya que no es lo mismo por la edad, son más lentos y el cerebro tarda más en mandar la señal y por ende se tarda en realizar el movimiento.