Pasan los años, van y vienen toreros, empresas y aficionados, aparecen nuevas ganaderías como nuevos conceptos del toreo y muchas cosas modernas que envuelven ahora mismo el entorno de la fiesta brava en la Plaza México. Pero entre esta revolución, entre todos estos cambios, nuevas plataformas y formas por venir, existe Manolo el de los sombreros. Un particular aficionado taurino que a pesar de toda esta metamorfosis de la fiesta, su concepto, sus formas y su afición siguen siendo iguales, como cuando comenzó a asistir al gran coso de Insurgentes, hace más de 48 años.
¿Quién es Manolo el de los sombreros? Este singular personaje nacido en la Ciudad de México se ha hecho presente estos años en la fiesta brava en plazas mexicanas, españolas y francesas. Ha dedicado su vida a los festejos taurinos donde su presencia es notoria, ya que siempre encuentra el momento y lugar preciso para participar con alegría y reconocimiento, alentando al torero y celebrando lo que éste ejecuta con el toro; Manolo no pierde detalle cuando comienza una faena y lanza el primer sombrero al ruedo, provocando con esta acción la alegría del matador en su faena.
El lugar de Manolo es una barrera ubicada en sol, arriba de la puerta de toriles y es precisamente en la marquesina de la puerta de los sustos donde coloca tarde a tarde sus coloridos sombreros, bordados en plata y oro; otras ocasiones también lleva banderillas de gran tamaño, para aventar a los subalternos o matadores banderilleros.
Este lugar donde se coloca el inigualable Manolo es toda alegría y se ha transformado en una referencia desde hace muchos años por parte del público, como ejemplo para ubicar un lugar, la gente dice: “a la derecha de Manolo, el de los sombreros”.
Jamás imaginó que ese gusto personal a la larga le convertiría en una antología.
EL CODICIADO SOMBRERO
Conocedor como pocos, constante y respetuoso de la fiesta brava, Manolo jamás abuchea a los toreros, por eso es muy estimado; ha gozado y lo sigue haciendo de la amistad de muchos matadores, las grandes figuras en los últimos años han dado la vuelta al ruedo con el sombrero de Manolo en la mano o puesto, en señal de reconocimiento. Esto ya es una costumbre muy arraigada en la Plaza México.
ENCUENTRO CON SS J.P. II
Cabe destacar de manera muy especial, que en la cuarta y quinta visita a México de Su Santidad el Papa Juan Pablo II, Manolo asistió en compañía de la estudiantina de la Universidad La Salle a visitar al sumo Pontífice, y fue en el año 2004 cuando entregó personalmente a su Santidad tres sombreros galoneados en hilo de oro y plata con el nombre del Santo Padre, mismos que actualmente se encuentran en el Vaticano como un recuerdo de su visita a México
AFICIONADO MUNDIAL
Manolo ha estado presente en casi todas las plazas de México y el extranjero gracias a una correspondencia de Julián López padre, por las atenciones que tuvo con él y su hijo cuando éstos llegaron a México sin un centavo en la bolsa; es por ello que ha pisado las plazas de España y Francia.
ANÉCDOTA CON EL JULI
Cuentan que una tarde, Manolo transitaba frente a la entrada principal de la Plaza México; miró a un señor con su hijo, que desde la reja observaban hacia dentro del coso. Manolo echó reversa para preguntarle al padre cuál era su intención; éste le contestó que su hijo quería conocer la plaza, pero ya era tarde y no los dejaban entrar. Entonces, haciendo uso de su ingenio, Manolo logró el permiso de los vigilantes y les dio un tour por el ruedo. El niño, al ver el coso Monumental, le comentó a Manolo; “Algún día voy a llenar esta plaza”.
No se equivocó, ese niño era Julián López El “Juli”, quien desde ese momento se hizo muy amigo del famoso Manolo.