Kazán, Rusia.- Colombia jugó sin miedo. Con plantel completo, Pékerman demostró la calidad del café sudamericano y dejó que Polonia se tostara en el calor de Kazán. El 3-0 fue contundente por parte de los latinoamericanos.
Mina, Falcao y Cuadrado sellaron la eliminación de unos polacos que tuvieron breves destellos, los cuales no fueron suficientes ante un Ospina que se mostró seguro.
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Colombia vive y les queda un juego para buscar la clasificación. Senegal será su sinodal y la prueba de fuego. Polonia buscará cerrar con dignidad ante Japón, quien busca terminar de humillarlo. Nada está dicho en el Grupo H.
Ambos equipos se jugaban la vida. Su permanencia en Rusia dependía totalmente del resultado que obtuvieran de dicho compromiso.
Colombia empezó inseguro, pareció que les costó adaptarse al campo del Kazán Arena. Algunos descuidos en zona baja pusieron a temblar a David Ospina, quien en algún momento tuvo que ser revisado por los servicios médicos debido a un pisotón.
El peligro se esfumó y los polacos se fundieron en el estado físico. Todo fue para los cafetaleros. James, Falcao y compañía tuvieron varias oportunidades de peligro. Cuadrado fue el hombre que más insistió por la banda derecha. La desgracia llegó para los sudamericanos. Abel Aguilar abandonó el encuentro lesionado. Mateus Uribe lo suplió.
César Ramos, central mexicano, no se vio seguro. Algunas marcaciones se le escaparon y el control del juego pareció perdido. Los jugadores lo ayudaron calmando sus ánimos.
La constante presión en zona alta tuvo su recompensa para los colombianos. Cuadrado encaró a dos elementos y llegó a línea de fondo. Disparó, pero Szczesny atajó.
El milagro llegó conducto de Yerri Mina. El central se elevó tan alto pudo en una jugada prefabricada que salió de un tiro de esquina. La combinación entre Cuadrado, Quintero y James lo pusieron a competir con el meta polaco. El defensa le ganó la partida. ¡Gol de Colombia! Con el duelo controlado por los cafetaleros, Ramos Palazuelos llamó al entretiempo.
Pékerman no se guardó nada y mandó a sus elementos al ataque. James finalmente brilló. Un único descuido de la zaga cafetalera puso a Ospina a trabajar. Le atajó un mano a mano a Lewandowski, que por más que quiso, nunca pudo encontrar la abertura a una cerradura bastante fuerte.
Quintero le dio vida a todo un país con sus pases. Arias desbordó por la banda derecha y cedió a Juanfer. De primera instancia vio el movimiento de Falcao hacia la meta. Como buen cazador, el “Tigre” no desaprovechó y mató a su víctima de tres dedos. Polonia no se levantó del segundo gol cafetalero.
Los cambios llegaron por ambas escuadras. Radamel salió ovacionado por un estadio y toda una nación. Entregó el gafete de capitán a Rodríguez y disfrutó como nunca su primer gol en un Mundial.
La fiesta era sudamericana. El sabor de los latinos se apoderó del recinto mundialista. James se lució con otra asistencia. Desde la línea de media cancha dejó a Cuadrado solo ante Sczcesny. El número 11 entró como Juan por su casa y de parte interna mandó a todos los polacos a dormir. El sueño de clasificar se les esfumaba. Estaban muy lejos de ser el equipo poderoso de las eliminatorias.
Nawalka no supo mover sus hilos ante la experiencia de Pékerman. Los latinos le ganaron la partida. Los europeos intentaron soltar breves destellos de vida, pero Ospina y la defensa cafetalera le negaron la resurrección. Quedaron tendidos en Kazán.
Colombia vive y quiere comerse al mundo. Mostraron su nivel y quieren soñar con calificar. James fue el mejor. Parece que la magia volvió. Los cafetaleros aún tienen un duelo más para buscar el sueño.