CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer y para Ana Laura González Álvarez, una de las fundadoras del equipo de escaramuzas Ayalec, las mujeres han sido tomadas más en cuenta en el ámbito charro, ganando cada día terreno en todos los aspectos y desapareciendo para ella la palabra “sexo débil”, ya que las mujeres son igual de fuertes que los varones.
Teniendo el gusto por el “deporte por excelencia” y el amor por los caballos, dijo que la charrería le ha dejado varios momentos muy emotivos, nuevas amistades y conocer otros lienzos charros.
Viene de una familia de charros. Su abuelo materno fue charro, mientras que su abuelo paterno presidió a los charros de Celaya, cuando su padre formaba parte del equipo Rafael Molina. En una ocasión invitaron a varias damas para formar el equipo de escaramuza y fue ahí donde Ana Laura, de entonces 13 años de edad, fue llevada por su padre a una práctica y así fue como comenzó este camino.
Aunque no recuerda cuándo fue que por primera vez subió a un caballo, quizá porque desde muy pequeña su padre la paseaba en equinos, sí recuerda que antes de ser parte de la escaramuza charra tenía los conocimientos de saber montar y pasear a caballo, aunque sin dominar al 100 por ciento al equino.
“Mientras más uno se involucra, más le gusta, ahora sí que hay ocasiones en las que llegamos a las charreadas y conoces a la gente que está participando y más te llama la intención, además de ver una buena jineteada, ver al equipo de escaramuza que le mete velocidad, eso hace que se te “enchine” la piel, te encanta, ver ganado de presencia, ahora sí que se hace un espectáculo padrísimo en el cual estás todo el tiempo en expectativa de qué va a suceder”, comentó en cuanto a su gusto por la charrería.
Añadió: “Es muy padre por todos los lados porque se van haciendo amigos, no nada más estás viendo a un equipo que no sabes quiénes son, pero al estar involucrados en este deporte se hacen lazos familiares con personas de muchos lugares, como cuando invitan a las escaramuzas de otros estados en los nacionales ve uno gente de todo el país e inclusive de Estados Unidos y termina uno haciendo amigos de todas partes”.
Dijo que las mujeres en la charrería ahora son más tomadas en cuenta haciendo suertes que se pensaban eran solo para varones y ahora aunque lo hacen solamente de exhibición, poco a poco se ha demostrado que las mujeres también son parte importante en este deporte, mencionando: “Cada vez vamos agarrando más terreno, trabajando de lado a lado con los hombres, en un inicio la escaramuza era de exhibición, no se calificaba, era solo con aplausos, y poco a poco se formó el reglamento y se eligió a las delegadas de cada estado; aunque aún no podemos votar para el representante de los charros a nivel nacional, pero ya se compite dentro de los estatales y ahora hay mujeres que incursionan en el floreo, colas, aunque aún no pueden entrar a las competencias oficiales, pero ya se ha incluido el coleadero en parejas que eran suertes que únicamente practicaban los hombres y poco a poco se ha venido haciendo la apertura a las damas aunque no de una manera oficial”.
Junto a sus hermanas y su entrenadora, fundaron al equipo llamado “Ayalec”, haciendo la invitación a varias de sus amigas y jovencitas provenientes de San Luis Potosí, algunas primas de Dolores Hidalgo logrando formar al grupo y a quienes antes de salir a realizar su coreografía les dice: “El día que no sientan nervios antes de entrar a la presentación, el día que no están angustiadas de “¡ay! que el caballo esto o lo otro”, ese día retírense”, porque esto es siempre y si yo, que tengo muchos años en esto y sigo sintiendo esa euforia, esa adrenalina antes de entrar a cada presentación, siento las mariposas en el estómago, nervios y ansias de estar allá adentro haciendo lo que tanto uno hace entrenando y ha trabajado”.
Como todo deporte también ha sufrido algunas caídas, afortunadamente leves, ninguna de consideración ya que sabe que en ocasiones los incidentes vienen cuando el caballo hace un reparo, o se arranca desde antes o por no estar bien sentada, inclusive en ocasiones algunos choques con otros caballos.
“Yo veo a la mujer dentro de la charrería como un pilar, conozco charros que se casaron con mujeres que no eran del medio y sus niños ya no están dentro de la charrería, siento que la mujer que le gusta este medio a final de cuenta las mujeres somos las que ayudamos en la formación del carácter de los niños para que siga esta sangre”, dijo en cuanto a la importancia de las mujeres dentro del “deporte por excelencia”.
“Creo que poco a poco esta parte del “sexo débil” se ha venido cambiando, esos paradigmas que tenemos como cultura y los hemos ido superando, al contrario hemos ido superando muchas cosas yendo de la par, trabajando juntos en equipo y creo que ya no exista esa parte del “sexo débil” ya la sociedad mexicana lo empieza valorar y a tomar como es, de que somos igual”. Comentó.
Obviamente siente amor por los animales en este caso por los caballos y yeguas mencionando: “Hace mucho tiempo tuve una yegua que era mi adoración y trabajaba, si podía, todos los días, dos veces al día en ella, había mucho empeño porque en teoría nos la entregaron de arrendar un poco inexperta y nos hicimos juntas y a esa yegua si le agarré mucho cariño, pero tengo siete caballos, a todos los monto y quiero muchísimo, porque los caballos te reconocen porque si uno es el que los monta, da de comer y te ven diario claro que va a ver mucha conexión con el caballo”.
En cuanto a la conectividad del humano con el caballo expresó: “El caballo en base a repeticiones se prepara y son súper listos, ellos a la tercera repetición buena o mala lo hacen así porque uno se los enseña y a final de cuentas si uno lo trabaja y hace una rutina, el caballo lo va a hacer así, sin embargo son caballos de instinto, de huida le llamamos porque ellos son presa y va a haber momentos en que el caballo puede saltar y ahí viene la pericia de uno como jinete y de que el caballo no esté nervioso, uno se lo trasmite; más o menos el caballo siente el latido del corazón humano a metro y medio y si uno está arriba del caballo, claro que te siente y sabe que puede ser emoción, estrés pero está atento de lo que le estás indicando porque uno es su líder y él va hacia uno que lo manda y si tú tienes confianza, el caballo la va a tener”. Finalizó.