Augusta.- Las posibilidades de que Tiger Woods gane el Masters de Augusta crecieron exponencialmente con cada birdie que logró desde su regreso en 2018, pero la realidad indica que el astro de 42 años se enfrenta a una dura tarea en lo que será su intento de lograr su decimoquinto ‘major’.
Desde su victoria en el Abierto de Estados Unidos en Torrey Pines en 2008, numerosas lesiones y asuntos personales lo han apartado de su objetivo: superar a Jack Nicklaus como el golfista con más títulos de Gran Slam, con 18.
Woods dijo que perdió la “necesidad” de competir por la Chaqueta Verde en 2016 y 2017.
Ahora, después de jugar sin dolor tras su última cirugía, una fusión espinal en abril pasado, el estadounidense está listo para volver a hacer historia en el campo de Georgia.
Woods ganó su primer Masters en 1997. Y lo hizo con estilo. Con una tarjeta de 18 bajo par, el norteamericano se impuso con 12 golpes de ventaja sobre su escolta, Tom Kite, y con 21 años se convirtió en el jugador más joven y en el primer afroamericano de la historia en adjudicarse el trofeo.
En 2001, su dominio también fue total, hasta el punto de que se hizo con el “Tiger Slam” al ostentar los títulos de los cuatro Gran Slams de forma simultánea.
Defendió con éxito su victoria en 2002 y en 2005 volvió a hacerse con el triunfo.
En 2010, Woods decidió volver a los links en el Masters, cinco meses después de sufrir humillantes revelaciones de infidelidad que acabaron con su matrimonio.
Luego de este escándalo y de sufrir varias lesiones, el estadounidense regresó al número uno de la PGA en 2013, pero no logró tener éxito en ninguno de los ‘majors’.
Ahora, tras un segundo puesto en el Valspar Championship y un quinto lugar en el Arnold Palmer Invitational, Woods es uno de los favoritos a hacerse con su quinta Chaqueta Verde.
La imagen del estadounidense Tiger Woods luchando por el título el domingo próximo ha copado las portadas y lanzado las audiencias televisivas referentes al golf.
Las apuestas también están de su lado: se pagan nueve dólares por cada uno apostado por su triunfo, un riesgo menor que hacerlo por el actual número uno del mundo, Dustin Johnson, por Rory McIlroy o Bubba Watson.