León, Guanajuato.- ¡No se va, no se va, “Tota” no se va! Con ese cántico, aficionados del Club León despidieron al legendario Don Antonio “La Tota” Carbajal nada más y nada menos que en el engramado del dos veces mundialista Estadio Nou Camp.
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Exactamente, bajo el larguero y en medio de los verticales, el féretro con los restos del “Cinco Copas” reposó. Y si bien la historia de Carbajal estuvo mucho más ligada al ya demolido Estadio La Martinica, la realidad es que el exguardameta fue emblema por más de una década del cuado esmeralda, por lo que una parada en la “guarida” era obligada.
Fueron sus muchachos del Centro de Rehabilitación “La Búsqueda” quienes realizaron el pasillo al ataúd. Posteriormente, la familia de “La Tota”, todos vestidos de blanco y con una flor en mano, se postraron a un costado donde Don Toño permaneció por algunos minutos.
Desde las 14:00 horas se abrieron las puertas del inmueble verdiblanco y los primeros en desfilar frente al féretro fueron los integrantes de las fuerzas básicas del conjunto guanajuatense. Acudieron los equipos de cuarta, quinta, sexta y séptima división, al igual que la categoría Sub-14.
Las porras no cesaron en honor a Carbajal Rodríguez, especialmente las del famoso “Pibe”, uno de los aficionados de hueso colorado del Club León, quien visiblemente emocionado le dijo adiós a quien consideró un ídolo y amigo.
“Que se puede decir de “La Tota” que no hayamos visto, una leyenda, un hombre que marcó generaciones con lo que hizo dentro y luego fuera de la cancha. Para quienes amamos al León ha sido un golpe muy duro, ahora nos queda recordar su legado y ojalá las nuevas generaciones jamás olviden lo que fue Antonio Carbajal, un fuera de serie”, manifestó.
Posteriormente, llegaron aficionados ataviados en los colores verde y blanco, mientras en las bocinas del inmueble retumbaba “El Rey” y “Caminos de Guanajuato” de su compadre José Alfredo Jiménez.
Sin lugar a dudas, el momento más emotivo cuando toda la familia Carbajal se acercó a su portería, un momento repleto de sensibilidad. Fue el adiós soñado del gran ídolo, el enorme Don Antonio Carbajal, quien de esta manera cumplió con su última morada tras abandonar este plano y empezar a atajar en la cancha celestial.