/ sábado 31 de diciembre de 2022

Anna Terrazas, detrás de la estética del cine de Alejandro González Iñárritu

La diseñadora de vestuario Anna Terrazas trabajó en Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades, que incluye varias escenas simbólicas

Anna Terrazas es amante del detalle. Lo que para muchos pareciera cotidiano, normal, monótono, para la diseñadora de vestuario es lo opuesto. Su día a día no pasa tan rápido, ella analiza cada momento de su vida.

Despierta, se levanta de la cama, con el simple hecho de asomarse a la calle para dejarse llevar por el olor de su entorno, su mirada es golpeada por diferentes colores, tanto los provocados por el Sol impactando en edificios, así como los que porta la gente en su ropa del día, los murales, grafitis, todo le parece peculiar, espectacular.

Es gracias a esa atención que logra inspirarse para desarrollar su oficio. Ella está a cargo de comunicar mensajes por medio de la ropa, de los colores que cada uno de los actores porta en las historias para las que trabaja.

“La mayor inspiración es levantarme cada día, salir y observar a la gente, me detengo a ver cómo me visto yo, el humor en el que estoy, la comodidad. Yo salgo a la calle y soy una fanática de ver lo que está a mi alrededor, cuando veo algo me detengo y tomo una foto porque donde vivimos, México, es uno de los países que está lleno de personajes espectaculares que me inspiran, voy viendo la mezcla de colores de las casas, cómo cada quien piensa diferente, cada quien se viste diferente, esa es la inspiración”, afirmó la diseñadora en entrevista.

Terrazas inmortaliza los destellos que le ofrece la vida; cuando se encuentra dentro de algún proyecto fílmico comparte dicho material con los directores, algunos aceptan sus propuestas, otros piden que baje el tono de la realidad, mientras que unos más piden que lo lleve a su máxima expresión.

Así fue el caso de Alejandro González Iñárritu, con quien recién trabajó en la cinta Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades, en donde la especialista dijo sentirse libre al momento de identificar la paleta de colores que portaría cada personaje en las distintas escenas del filme.

“Todas las escenas son muy especiales, no creo que alguna tenga más fuerza o complicación que la otra, por ejemplo, tienes la parte de los migrantes que implica la desaturación del color; la pirámide (humana) por ejemplo, inmediatamente que lees eso en el guión te lleva a una cosa más oscura, a los colores vino y café.

En el California Dancing Club, el reto es qué queremos decir en ese lugar, un salón icónico de los 50 en la Ciudad de México donde iban todas las clases sociales, ese fue uno de los lugares donde quisimos representar específicamente eso. Así que fue diseñar todas las diferentes clases que tenemos, alta, media, baja; por ejemplo la alta la manejamos más con los lisos, la media le metimos estampado, la baja estampado con tirantes”, aseguró.

A lo largo de su trayectoria, que supera los 15 años, Terrazas ha trabajado al lado de Gael García Bernal en su ópera prima, Déficit (2007), Carlos Cuarón en Rudo y Cursi (2008), Sebastián Cordero en Europa Report (2013), Natalia Beristáin con Los adioses (2017), y Alfonso Cuarón en Roma (2018), entre otros.

La artista agradeció la oportunidad y confianza que muchos directores le han brindado y reveló que su secreto para tener oportunidades tanto en México como en Estados Unidos es el trabajo duro, así como la pasión por lo que hace.

“Todos los días es un aprendizaje; cuando llega un proyecto, me enamoro, me meto y trabajo de la mano de mi equipo. Para mí trabajar sola en cine no existe, se trabaja siempre con un equipo y eso es lo bonito de lo que hacemos, soy muy afortunada de aprender diferentes formas de trabajo, de laborar en Estados Unidos y cada proyecto te deja algo diferente donde tú vas creciendo.

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“Soy una fanática de la fotografía, del arte, me empapo mucho de eso, trato de llevarlo a mi trabajo y afortunadamente los proyectos se me han dado. Cada proyecto te enseña algo diferente y siempre es estar abierta a aprender, lo que me cautiva es que cuando me mandan un guión, si me encanta, no me importa que sea un personaje o millones, como en Bardo, lo importante es que me cautive, me enamore de la historia, que pueda crear un personaje que diga algo a través del vestuario, sin importar si es Alejandro González Iñárritu o si es alguien que debuta en su ópera prima”, aseguró.

Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades está disponible en Netflix. Cuenta con las actuaciones de Daniel Giménez Cacho, Ximena Lamadrid, Francisco Rubio, y Fabiola Guajardo, entre otros.

Anna Terrazas es amante del detalle. Lo que para muchos pareciera cotidiano, normal, monótono, para la diseñadora de vestuario es lo opuesto. Su día a día no pasa tan rápido, ella analiza cada momento de su vida.

Despierta, se levanta de la cama, con el simple hecho de asomarse a la calle para dejarse llevar por el olor de su entorno, su mirada es golpeada por diferentes colores, tanto los provocados por el Sol impactando en edificios, así como los que porta la gente en su ropa del día, los murales, grafitis, todo le parece peculiar, espectacular.

Es gracias a esa atención que logra inspirarse para desarrollar su oficio. Ella está a cargo de comunicar mensajes por medio de la ropa, de los colores que cada uno de los actores porta en las historias para las que trabaja.

“La mayor inspiración es levantarme cada día, salir y observar a la gente, me detengo a ver cómo me visto yo, el humor en el que estoy, la comodidad. Yo salgo a la calle y soy una fanática de ver lo que está a mi alrededor, cuando veo algo me detengo y tomo una foto porque donde vivimos, México, es uno de los países que está lleno de personajes espectaculares que me inspiran, voy viendo la mezcla de colores de las casas, cómo cada quien piensa diferente, cada quien se viste diferente, esa es la inspiración”, afirmó la diseñadora en entrevista.

Terrazas inmortaliza los destellos que le ofrece la vida; cuando se encuentra dentro de algún proyecto fílmico comparte dicho material con los directores, algunos aceptan sus propuestas, otros piden que baje el tono de la realidad, mientras que unos más piden que lo lleve a su máxima expresión.

Así fue el caso de Alejandro González Iñárritu, con quien recién trabajó en la cinta Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades, en donde la especialista dijo sentirse libre al momento de identificar la paleta de colores que portaría cada personaje en las distintas escenas del filme.

“Todas las escenas son muy especiales, no creo que alguna tenga más fuerza o complicación que la otra, por ejemplo, tienes la parte de los migrantes que implica la desaturación del color; la pirámide (humana) por ejemplo, inmediatamente que lees eso en el guión te lleva a una cosa más oscura, a los colores vino y café.

En el California Dancing Club, el reto es qué queremos decir en ese lugar, un salón icónico de los 50 en la Ciudad de México donde iban todas las clases sociales, ese fue uno de los lugares donde quisimos representar específicamente eso. Así que fue diseñar todas las diferentes clases que tenemos, alta, media, baja; por ejemplo la alta la manejamos más con los lisos, la media le metimos estampado, la baja estampado con tirantes”, aseguró.

A lo largo de su trayectoria, que supera los 15 años, Terrazas ha trabajado al lado de Gael García Bernal en su ópera prima, Déficit (2007), Carlos Cuarón en Rudo y Cursi (2008), Sebastián Cordero en Europa Report (2013), Natalia Beristáin con Los adioses (2017), y Alfonso Cuarón en Roma (2018), entre otros.

La artista agradeció la oportunidad y confianza que muchos directores le han brindado y reveló que su secreto para tener oportunidades tanto en México como en Estados Unidos es el trabajo duro, así como la pasión por lo que hace.

“Todos los días es un aprendizaje; cuando llega un proyecto, me enamoro, me meto y trabajo de la mano de mi equipo. Para mí trabajar sola en cine no existe, se trabaja siempre con un equipo y eso es lo bonito de lo que hacemos, soy muy afortunada de aprender diferentes formas de trabajo, de laborar en Estados Unidos y cada proyecto te deja algo diferente donde tú vas creciendo.

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“Soy una fanática de la fotografía, del arte, me empapo mucho de eso, trato de llevarlo a mi trabajo y afortunadamente los proyectos se me han dado. Cada proyecto te enseña algo diferente y siempre es estar abierta a aprender, lo que me cautiva es que cuando me mandan un guión, si me encanta, no me importa que sea un personaje o millones, como en Bardo, lo importante es que me cautive, me enamore de la historia, que pueda crear un personaje que diga algo a través del vestuario, sin importar si es Alejandro González Iñárritu o si es alguien que debuta en su ópera prima”, aseguró.

Bardo. Falsa crónica de unas cuantas verdades está disponible en Netflix. Cuenta con las actuaciones de Daniel Giménez Cacho, Ximena Lamadrid, Francisco Rubio, y Fabiola Guajardo, entre otros.

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