CELAYA, Gto.- En el Panteón Municipal Norte, inaugurado en 1890, se encuentran 155 inmuebles de los siglos XIX y XX, los cuales fueron catalogados como Monumentos Históricos por determinación de ley, por lo que se buscará diseñar un programa que garantice su protección y permanencia, ya que existen estilos eclécticos, los cuales cuentan con extenso simbolismo.
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El titular de la Dirección de Desarrollo Urbano, Oswaldo Alfredo Rodríguez Castañeda, presentó el catálogo municipal, y posteriormente el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) revisará dicho catálogo para darle la etiqueta de monumentos históricos, lo que significa que dichos inmuebles no pueden ser intervenidos, y deberán de estar protegidos.
Explicó que dentro de estas tumbas están los restos de personajes ilustres como Eusebio González y López, Valentín Mancera, Liborio Crespo y Francisco Juárez.
En el caso de que algún propietario quiera hacer alguna restauración, se deberá primero realizar un proyecto especificando acciones y procedimientos a realizar en la tumba, y presentarlo ante el INAH.
Una vez autorizado el proyecto por el INAH, se deberá de ingresar los planos firmados y sellados por el INAH, así como también oficio de autorización, para seguir con el trámite de permiso de restauración.
“Durante el proceso de alguna construcción, se estará realizando supervisión por parte de personal especializado en la restauración de sitios y monumentos, en la construcción de la tienda y adscrito a la Dirección General de Desarrollo Urbano; y así puedan verificar los procesos de obra adecuada para no dañar los vestigios que se encuentran en el sitio”, detalló.
Agregó que la dirección que encabeza puede apoyar con el proyecto para que el interesado pueda realizar la restauración del monumento.
Reconoció que no existe un programa y tampoco inversiones para la restauración de algunas tumbas que están deterioradas.
“Sabemos que hay una necesidad para dar mantenimiento a las tumbas, pero hasta el momento no se ha diseñado un programa, y por lo tanto no se ha solicitado recurso alguno, pero seguramente en algún momento se harán programas para mejorar los monumentos, pero antes de eso se debe contar con un proyecto para que nos dé un monto de referencia para poder diseñar un programa de rehabilitación”, ahondó.
Dijo que los 155 inmuebles son patrimonio de la ciudad, y para el municipio significa parte de la cultura que tiene Celaya, y es una gran responsabilidad para la Dirección de Desarrollo Urbano dar atención especial a los monumentos históricos ubicados en el Panteón Norte.
Agregó que en este momento no existe un cuidado especial hacia dichas tumbas, pero para ello se tiene que hacer un programa para la restauración de éstas.
“Por lo general, hay un restaurador que tiene interés en trabajar, en este caso en las tumbas, hace un proyecto, y con la autorización del INAH, buscan bajar un recurso ya sea federal, estatal o municipal”, añadió.
Para concluir, aseveró que hay arquitectura funeraria con un gran valor histórico, y los propietarios han sido los encargados en cuidar las tumbas; por lo que el municipio tendrá que hacer un programa para su mantenimiento.
CONTEXTO
Cabe señalar que el patrimonio funerario se encuentra ubicado dentro del Panteón Norte, en la avenida Tecnológico, esquina con calle Américas, en la colonia Las Américas; dentro de la mancha urbana, también entre avenida Irrigación y Ferrocarril Central.
El Panteón Municipal Norte fue inaugurado oficialmente el 15 de noviembre de 1890, por el jefe político, José de Jesús Morales. También se le conoce como el Panteón Viejo, y originalmente se formó en un terreno que estaba a un lado del antiguo camino a San Miguel de Allende, lo que antes se consideraba como la orilla de la ciudad.
Antes de 1890, más que panteones, había los llamados camposantos, y así se les llamaba porque estaban bajo la tutela y a las afueras de las iglesias. Uno muy importante, es el que estaba en la custodia de los padres franciscanos, que incluye lo que es actualmente el andador Perfecto I. Aranda, se extiende al Mercado Morelos e Hidalgo.
Había panteones más modestos en otras iglesias, donde se enterraban a personas más humildes. “Entonces viene la ley de secularización de los bienes y éstos eran los camposantos donde se enterraban a los difuntos de la fe católica, por instrucciones del gobierno federal (…) se tienen que volver civiles”, según informó el cronista municipal, Fernando Amate.