CELAYA, Gto.- Rodeado de fieles de la parroquia de San Miguel Arcángel en donde aún presta sus servicios, monseñor Félix Yáñez Montoya, agradeció a Dios su elección al celebrar 70 años de vida sacerdotal.
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Para esta importante fecha, el padre Félix quien lució feliz y conmovido por celebrar este momento en su vida al servicio de Dios Padre, acudió a una misa de acción de gracias en la que refrendó su amor y compromiso por su labor religiosa, agradeciéndole al Todopoderoso el celebrar este día.
Durante la misa de acción de gracias el festejado, quien es originario de Apaseo el Grande, Guanajuato, estuvo acompañado por los sacerdotes: Plutarco, Asunción y el padre José Alfredo Picón.
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Dentro de la semblanza sobre la trayectoria del padre, se destacando que ha inspirado muchas vocaciones por su intachable vida, ya que el Caminar encorvado, pero de espíritu joven. ha sido sacerdote, más de los que vivió con su familia de sangre siendo esta una decisión que nunca ha lamentado, encontrando su camino y el llamado de Dios Padre; señalando que muchos sacerdotes lo han conocido desde que comenzaron su formación y todos lo recuerdan con respeto y cariño.
Por lo que mientras se hablaba de su vida, los recuerdos iluminaban su mirada, luciendo privilegiado y convencido de que Dios lo llamó personalmente, porque su vocación nació motivada por su párroco, Don Efrén Flores Rico, quien le hizo la invitación para acudir al seminario por lo que concluyendo el quinto año de primaria, ingresó al seminario y a partir de ese momento descubrió su vocación.
“Feliz, se me hace poco decir, es algo más que no alcanzo a decir con la palabra, porque es tocar la divinidad, que no es humano sino divino, el gozo me lo da Dios, no cambiaría nada en mi vida; por el contrario, procuraría afinar mejor todo lo que es para dedicarse a Dios, al prójimo y a toda la creación de todos los tiempos, porque Dios es el que puede todo y él, nada puede, me apoyo en Dios para salir adelante”, comentó monseñor Félix Yáñez Montoya.
“Como consejo, le digo a los jóvenes que tienen miedo de irse al seminario que hablen con Jesucristo, porque la invitación viene de Dios, si llegan a entender que es nuestro Señor Jesucristo el que los está invitando, es muy difícil negarse, él le da a uno todo, a mí por ejemplo no me hace falta nada en mi vida, nada más seguir a Dios, porque no hay cosa más satisfactoria en este mundo que estar con él” añadió.