León, Gto. (OEM, INFORMEX).- Los días tras la muerte de la Reina Isabel II han transcurrido con diferentes detalles que se han ido descubriendo poco a poco. Como el que compartió Kate Middleton, hace unos días al señalar la presencia de cinco arcoíris sobre el castillo de Balmoral en Escocia tras el fallecimiento de la monarca.
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Kate Middleton, junto a su esposo el príncipe William, se reunieron con los voluntarios y el personal operativo que ayudaron a organizar el servicio funeral de la Reina Isabel II, el pasado lunes 19 de septiembre, ahí fue donde la princesa de Gales comentó que la familia real sintió la presencia de la extinta monarca ,cuando varios arcoíris aparecieron sobre el Castillo de Balmoral, en Escocia, el día después de su muerte.
La confesión se dio el jueves 22 de septiembre, cuando la pareja de príncipes visitó a los héroes anónimos en Windsor Guildhall donde conmovidos por las muestras de cariño, hablaron de su duelo, del apoyo que han recibido y hasta del clima inusual que se hizo presente.
Por su parte el príncipe de Gales expresó que la presencia de los cinco arcoíris sobre Balmoral, después de la muerte de la reina, los dejó asombrados: “En Escocia, ¿cuántos arcoíris aparecieron?”, le preguntó William a Kate y luego comentó: “Casi nunca ves un arcoíris allá arriba, pero había cinco”. Sonriendo, la princesa indicó: “Su Majestad nos miraba desde arriba”.
La presencia de los arcoíris se ha dado de manera similar, en otros dos lugares históricos del Reino Unido en los últimos días, indicaron que poco antes de que se anunciara la muerte de la reina Isabel, el 8 de septiembre, un doble arco iris atravesó las nubes sobre el Palacio de Buckingham, mientras que el día antes de su funeral, el 18 de septiembre, otro arcoíris encendió el cielo sobre el Palacio de Westminster, mientras el ataúd de la reina yacía en el estado.
Así como pasan los días la familia de la difunta monarca siguen mostrándose agradecidos por todo el cariño que han recibido y muestra de ello son los arcoíris que les han servido como un bonito recordatorio de la reina Isabel II, pues le gustaba usar atuendos con colores brillantes.
