Celaya, Gto.- El fin de semana se llevó a cabo la conferencia "Ser actor sin morir en el intento" en la sala Hermilio Novelo de la Casa de la Cultura, impartida por Erika Manríquez. Con la participación de 13 asistentes, la charla abordó la compleja relación entre las emociones, el cerebro y la actuación, ofreciendo una perspectiva científica y emocional para aquellos interesados en el arte dramático.
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Manríquez inició la conferencia definiendo las emociones, destacando su naturaleza fisiológica, neurológica y química. Explicó que las emociones son fundamentales para expresar sentimientos y tienen una manifestación celular concreta. Subrayó que para los actores es crucial comprender cómo funciona el cerebro, ya que esta comprensión les permite manejar de manera efectiva las reacciones emocionales en escena. Según la conferencista, un actor debe ser capaz de activar los neuropéptidos de forma instantánea para lograr una actuación convincente.
Uno de los puntos más impactantes de la conferencia fue la discusión sobre los peligros inherentes a la profesión de actor. Manríquez explicó que el cerebro no distingue entre la actuación y la vida real, lo que puede llevar a confundir los estímulos emocionales recibidos en escena con experiencias personales. Para ilustrar este punto, mencionó un caso en el que un actor, después de interpretar un papel dramático en una obra de Shakespeare, seguía llorando por los estímulos emocionales generados durante la actuación.
La relación entre los estímulos musculares y los cerebrales también fue un tema central. Manríquez recomendó que los actores tomen clases de danza para mejorar su conexión mente-cuerpo, argumentando que la práctica física ayuda a liberar las emociones reprimidas. Resaltó que reprimir las emociones puede llevar a bloqueos creativos y emocionales, ya que el cerebro está diseñado para reaccionar automáticamente ante los estímulos que recibe.
Durante la conferencia, los asistentes participaron en actividades diseñadas para ayudarles a identificar y comprender sus emociones. En una de ellas, los participantes señalaron en una hoja los diferentes estados de ánimo que habían experimentado recientemente, reconociendo que el cerebro puede albergar múltiples emociones al mismo tiempo. Otra actividad consistió en dibujar en qué parte del cuerpo se sentían estas emociones, lo que permitió a los actores comprender mejor su conexión emocional con sus personajes.
Manríquez también abordó el tema de la percepción, destacando que nuestra conciencia no es instantánea y que percibimos solo una fracción de lo que nos rodea. Utilizó ejemplos como el daltonismo para ilustrar cómo el cerebro asimila los colores y otros estímulos sensoriales, adaptándose a la información que recibe. Además, subrayó la importancia de la atención consciente en el proceso actoral, afirmando que es esencial canalizar la percepción para comprender mejor las emociones y los contextos de los personajes.
La conferencia concluyó con una explicación sobre el registro neuronal, en la cual Manríquez señaló que las neuronas que se activan juntas refuerzan sus conexiones, lo que facilita la consolidación de recuerdos y emociones en el cerebro. Asimismo, destacó el papel de los neuropéptidos, que se emiten a través de neurotransmisores, como mediadores en la conexión entre el cuerpo y las emociones.
En resumen, la conferencia "Ser actor sin morir en el intento" ofreció una mirada profunda a la interacción entre el cuerpo, el cerebro y las emociones, proporcionando a los asistentes herramientas valiosas para mejorar su desempeño actoral y su comprensión emocional.