CELAYA,Gto.- La tradición del Día de Muertos en México se encuentra inspirada en la creencia de que los difuntos regresan al mundo de los vivos, guiados por las velas que sus conocidos en vida les ofrecen para iluminar su camino.
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Sin embargo, de forma inevitable, cuando se menciona o escucha hablar de la celebración de Día de Muertos, de forma inmediata se viene a la mente las ofrendas, la flor de cempasúchil y por supuesto el tradicional pan de muerto.
El celayense Urbano Jaramillo, de 77 años de edad, elabora el pan de muerto en su taller de panadería, de una forma tradicional y en horno de piedra desde hace más de medio siglo.
Con ayuda de sus hijas Guadalupe y María del Carmen, el señor Urbano elabora el pan de muerto en un horno de ladrillo, el cual permite que el sabor sea diferente a los convencionales, y con un delicioso toque de mantequilla.
“Mis padres fueron quienes me enseñaron a elaborar el pan y a utilizar este horno, desde pequeño yo lo veía como una costumbre familiar de mis papás y algo normal, por lo que bastó llegar a la juventud para comenzar a despertar las ganas de crear mi propio pan y darle un toque especial”, comentó el señor Urbano en entrevista con El Sol del Bajío.
“Cada quien le impregna su sabor y sello a lo elaborado, mis hijas y yo disfrutamos mucho crearlo, gozamos además de nuestra compañía y de los momentos que podemos compartir en familia haciendo lo que más nos gusta”, añadió.
Para Urbano ser uno de pocos panaderos que actualmente quedan en la ciudad y que utiliza el horno de ladrillo es muy gratificante, ya que es a través de sus creaciones que les transmite a sus clientes su sazón y amor por este oficio, no solo al elaborar pan de muerto en esta época sino todos los días al fabricar pan dulce y los tradicionales merengues.
DELICIOSO RESULTADO
Además de que el señor Urbano Jaramillo compartió los detalles de este oficio, también habló sobre el procedimiento para crear este exquisito pan de muerto tradicional.
Para su creación se necesitan los siguientes ingredientes: harina, huevo, levadura, mantequilla, azúcar y leche bronca.
Por lo que se comienza a mezclar el huevo, la mantequilla, la levadura y la leche bronca, de acuerdo a la cantidad de pan que se desea elaborar; al lograr tener la masa, ésta se deja reposar por una hora aproximadamente.
Posteriormente se corta para realizar pequeñas bolitas que se dejan reposar de una a dos horas para después ser aplastadas y lograr el tamaño deseado del pan además de decorarlo.
Después de 10 minutos de reposo, don Urbano toma la pala de madera y coloca las charolas con la masa ya lista, para introducirlas en el horno que ya está caliente, hasta llenar el espacio, y por un lapso de unos 10 minutos aproximadamente obtener un rico pan de muerto que después es sacado y barnizado con mantequilla, y un poco de azúcar, misma que le da un toque exquisito.