/ domingo 11 de diciembre de 2022

Sol Y Sombras

Hace días leí el reporte del director de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Michael Greenspon, sobre las cifras de reporteros asesinados en el último año, y me pareció alarmante que México se ubica en circunstancias similares a Ucrania que es un paìs en guerra y donde los periodistas han muerto más por el riesgo de estar cubriendo la zona en conflicto que por su propia labor, sin embargo en México, la totalidad de los asesinatos tiene relación directa con el desempeño de la labor informativa.

Replicaré mas adelante algunos de los datos que proporciona, pero lo que más disgusta, además de la pérdida de vidas humanas irremplazables y que fracturan una estructura familiar, es la fragilidad de la democracia y de la libertad de ejercer cualquier profesión, fragmentada por los grupos del crimen organizado quienes no tienen límites para quitar de en medio a cualquiera que se interponga en su camino y por otro lado un sistema rebasado por estos grupos y que cada día amenaza más el ejercicio de la libertad de expresión.

El horizonte a corto y mediano plazo, no es esperanzador para nadie que en estos tiempos quiera dedicarse con coraje y entrega a la labor periodística, la cual durante décadas estuvo dominada por el control gubernamental a través de los presupuestos asignados a los medios, hoy trabajamos y subsistimos a dos fuegos, los dos igual de detestables y de inmorales, el gobierno y el crimen.

En México, se registraron 23 de los 47 asesinatos de periodistas, es decir, el 50 por ciento de los ocurridos en el Continente Americano, durante el año 2021.

Greenspon explicó que detecta un alto número de ataques verbales del gobierno contra los periodistas mexicanos y poco esfuerzo para resolver los crímenes por parte de las autoridades, “hay un aumento de los ataques verbales gubernamentales contra el periodismo, y también un aumento de asesinatos de periodistas, y vemos que la policía y el gobierno no siempre se esfuerzan por resolverlos, tanto si es explícito o implícito, realmente se siente como si hubiera algún permiso (desde las autoridades) y por eso hemos pedido al gobierno mexicano, en múltiples ocasiones, que investigue y juzgue los asesinatos de periodistas”, remarcó.

En sus declaraciones, señala que los gobiernos autoritarios, a pesar de ser electos por vía democrática, cuando “no quieren una democracia libre y abierta, una de las primeras cosas que hacen es limitar los medios y lo estamos viendo cada vez más en todo el continente americano, en Estados Unidos, algunos ataques no son tan directos como antes, pero los políticos han tenido éxito atacando a los medios. Somos un chivo expiatorio útil para ellos y eso sí ha continuado, si decimos algo que a alguien no le gusta, nos atacan por ello”, agregó.

Advierte en sus pronósticos, el deterioro de la libertad de prensa en América en los últimos siete años y denuncia en una entrevista con EFE la situación en varios países iberoamericanos y en especial Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde la única libertad de expresión es la que permite el gobierno, señala que a mediados del año 2015 había una mejora en la libertad de prensa, pero en los últimos cinco años, el aumento del autoritarismo ha sido muy preocupante, manifestándose casi siempre con el cierre de medios de comunicación en América Latina.

Esto me hace recordar una charla que sostuve en Mérida, en el marco del evento Digital Media 2022, con el director editorial de El Faro, un portal de noticias de El Salvador que ha sido altamente cuestionador con el gobierno en turno y la manera en que les amedrentaron e inhabilitaron, fue interviniendo todos los mecanismos de comunicación de la redacción, logrando accesos a todos sus archivos y es que era la única forma de presionar, pues El Faro, no se maneja como un negocio, vive de fondos internacionales que apoyan proyectos periodísticos, entonces la presión no podía llegar reduciendo presupuestos, entonces lo hicieron interviniendo sus teléfonos celulares y los de todas aquellas personas y fuentes con las que habían tenido comunicación en los últimos dos años, aún no concluye la investigación, pero todo apunta a que fue el gobierno quien efectuó estas acciones, y logró el objetivo, distraerlos y paralizarlos temporalmente, hoy ejercen el periodismo con una línea editorial mesurada y con enfoque social, no gubernamental.

Y entonces la pregunta es: ¿cuánto mas resistiremos los medios? Qué mecanismos de financiamiento debemos aplicar para que nuestra subsistencia no dependa de la simpatía o rechazo de quien ejerce el poder.

Basta ver cuantos reporteros mexicanos han tenido que dejar los medios tradicionales y buscar alternativas independientes para seguir ejerciendo con libertad su labor, y cuantos otros, deben reportear desde Estados Unidos, por no encontrar en México condiciones de seguridad para ellos y sus familias.

Hoy los ataques son directos y personalizados, desde la más alta tribuna mediática del presidente de México en su mañanera, calificando y denostando a cualquiera que no esté de acuerdo con él, y sin derecho de réplica.

Esto, más que un enfrentamiento con la prensa, representa un riesgo para una sociedad, pues debemos de anticipar qué vendrá después, qué más excesos o mordazas se impondrán y cómo afectará esto a nuestra ya dañada democracia.

Será que estamos en la antesala de replicar lo que ocurre en Cuba o Venezuela, entonces la solución, es dejar de depender de los presupuestos del gobierno por eso personajes como Greenspon y muchos más, buscan alternativas de financiamiento, reuniéndose con plataformas como Google, para tratar de que pague a los medios directamente por el contenido que están usando, pero también para que respalden a los medios y sus transformaciones digitales, pues para nadie es un secreto que los altos costos del papel y la tinta, en el caso de los medios impresos ahorca cada vez más a los dueños, que luchan por subsistir.

La guerra de Rusia en Ucrania, el caos en Haití y el aumento de la violencia de los grupos criminales en México contribuyó a que el número de periodistas asesinados mientras realizaban su trabajo en 2022 aumentase en un 30% con respecto al año anterior.

La Federación Internacional de Periodistas, dijo que, en lo que va del año 2022, 67 reporteros y trabajadores de medios de comunicación perdieron la vida ejerciendo su labor en todo el mundo, frente a los 47 de 2021.

“El reinado del terror de las organizaciones criminales en México y la descomposición de la ley y el orden en Haití, han contribuido también al aumento de los asesinatos", 2022 ha sido uno de los años más letales para los reporteros en México, que está considerado el país más peligroso para ejercer la profesión lejos de una zona de guerra.

Terrible realidad la que enfrentamos, esperando que el escenario en el año venidero, dé esperanza de un futuro más alentador.


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