/ domingo 3 de noviembre de 2024

Sine Qua Non

ESA “TERCA REALIDAD”

La labor periodística, en cualquiera de sus estilos o modalidades, hoy se ha vuelto o transformado a lo que, precisamente los medios, han llamado “una nueva realidad”. Pero qué es, cómo se debe entender. Veamos, gramaticalmente es un sustantivo, que va a describir –o intenta- un escenario con algún cambio que de manera desfavorable, afecta a uno o muchos individuos. El caso más cercano pasó con la Pandemia, precisamente, obligó a realizar cambios en casi todas las actividades de los seres humanos y es posible que igual haya afectado indirectamente a cierta fauna, como son las mascotas, por su relación indiscutible de las personas humanas que conviven con esos animales.

Luego, cabe preguntar: ¿Hay varios tipos de realidades? Y además ¿Es lo mismo referir algún cambio en la llamada “normalidad”? Para llegar a una reflexión más cercana a dirimir esas cuestiones, se precisa saber y sobre todo, estar de acuerdo en lo que se entiende por tales conceptos. La realidad, es lo que existe, o así lo creemos, y se desarrolla según su esencia, incluso, hay quien dice que tiene sus propias leyes, y así se desarrolla y causa algún efecto. Luego, se infiere a primera vista que la realidad, sucede con o sin la voluntad. Y eso nos dificulta un tanto, pues entonces es cosa de percepción y eso lleva a tener distintas “realidades”.

¿Se puede construir, se puede crear, y se puede elegir? Y está el punto de la conciencia, tanto de cada persona humana, como de la colectividad, incluso, de una sociedad, y viene acompañada de la influencia cultural, política, de la idiosincrasia, como factores que van a incidir en esa percepción.

No se puede aquí adentrarse a las profundidades filosóficas, o psicológicas que estudian tales fenómenos. Sin embargo, desde el lado de la comunicación mediática, surgen otros problemas, como la intención, la inducción, la enajenación, la ideología y su propaganda, etcétera, que intentan o logran moldear, es decir, construir o crear una “realidad”.

Entre esas inducciones, que dejo a ustedes, estimados lectores sin menoscabo de género o preferencias políticas, su propia conclusión. Está el sistema llamado “Demagogia”, que en términos amplios significa: Forma de gobierno que usa para su beneficio –de los gobernantes- la engañifa, la desinformación, la propaganda, para manipular los sentimientos, las emociones de los gobernados en general y en ciertos casos sectores focalizados, apelando a los prejuicios sociales, y construyen “una realidad” –a modo- con promesas vanas.

Luego, a tal propósito de control, han servido los medios de comunicación que por alguna razón no muy visible, pero en contradicción, muy entendible, manipulan esa conciencia general o sectorizada, para que el gobernante en turno, logre la manipulación y recoja sus “frutos” de la Demagogia.

En esa vorágine relativa que sí logró asentar de manera forzada por su efecto contundente: La Pandemia del Covid, un cambio de percepción en particular sobre la fragilidad de la vida, la insuficiencia o desdén de variopintos funcionarios que por el contrario, decían o afirmaban “otra realidad”, la ineficacia institucional, en fin, lo que debió al menos alertar sobre las manipulaciones demagógicas, al final, logró lo contrario y definió que los mexicanos en una relativa mayoría, prefieren que otros sean los “constructores” de su realidad individual y colectiva sectorizada, sin sopesar –todavía, porque por otra parte, “la realidad, un día nos alcanza”- surgió para quedarse, otro fenómeno: Las redes sociales. Aunque ya, a estas alturas, invadida y contaminada por esos agentes que abonan la Demagogia.

LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Entonces, ¿Estamos perdidos en una ficción? La subjetividad en ese terreno, al menos por lo que se ve, domina e impone “una realidad”, positiva o negativa. Hay quien afirma que si tenemos pensamientos positivos, así será la cosecha en la realidad personal, que sí se logra llegar así a la colectividad, podría existir entonces, una especie de felicidad. ¿Cómo se siente, cómo percibe usted o ustedes amables lectores, ese asunto de la realidad? Hay un pensamiento que se atribuye a Henry Ford: “Tanto los que creen que pueden hacer algo, como los que creen que no, ambos, al final tienen razón.” Es lo que hay. Cuídense mucho.

ESA “TERCA REALIDAD”

La labor periodística, en cualquiera de sus estilos o modalidades, hoy se ha vuelto o transformado a lo que, precisamente los medios, han llamado “una nueva realidad”. Pero qué es, cómo se debe entender. Veamos, gramaticalmente es un sustantivo, que va a describir –o intenta- un escenario con algún cambio que de manera desfavorable, afecta a uno o muchos individuos. El caso más cercano pasó con la Pandemia, precisamente, obligó a realizar cambios en casi todas las actividades de los seres humanos y es posible que igual haya afectado indirectamente a cierta fauna, como son las mascotas, por su relación indiscutible de las personas humanas que conviven con esos animales.

Luego, cabe preguntar: ¿Hay varios tipos de realidades? Y además ¿Es lo mismo referir algún cambio en la llamada “normalidad”? Para llegar a una reflexión más cercana a dirimir esas cuestiones, se precisa saber y sobre todo, estar de acuerdo en lo que se entiende por tales conceptos. La realidad, es lo que existe, o así lo creemos, y se desarrolla según su esencia, incluso, hay quien dice que tiene sus propias leyes, y así se desarrolla y causa algún efecto. Luego, se infiere a primera vista que la realidad, sucede con o sin la voluntad. Y eso nos dificulta un tanto, pues entonces es cosa de percepción y eso lleva a tener distintas “realidades”.

¿Se puede construir, se puede crear, y se puede elegir? Y está el punto de la conciencia, tanto de cada persona humana, como de la colectividad, incluso, de una sociedad, y viene acompañada de la influencia cultural, política, de la idiosincrasia, como factores que van a incidir en esa percepción.

No se puede aquí adentrarse a las profundidades filosóficas, o psicológicas que estudian tales fenómenos. Sin embargo, desde el lado de la comunicación mediática, surgen otros problemas, como la intención, la inducción, la enajenación, la ideología y su propaganda, etcétera, que intentan o logran moldear, es decir, construir o crear una “realidad”.

Entre esas inducciones, que dejo a ustedes, estimados lectores sin menoscabo de género o preferencias políticas, su propia conclusión. Está el sistema llamado “Demagogia”, que en términos amplios significa: Forma de gobierno que usa para su beneficio –de los gobernantes- la engañifa, la desinformación, la propaganda, para manipular los sentimientos, las emociones de los gobernados en general y en ciertos casos sectores focalizados, apelando a los prejuicios sociales, y construyen “una realidad” –a modo- con promesas vanas.

Luego, a tal propósito de control, han servido los medios de comunicación que por alguna razón no muy visible, pero en contradicción, muy entendible, manipulan esa conciencia general o sectorizada, para que el gobernante en turno, logre la manipulación y recoja sus “frutos” de la Demagogia.

En esa vorágine relativa que sí logró asentar de manera forzada por su efecto contundente: La Pandemia del Covid, un cambio de percepción en particular sobre la fragilidad de la vida, la insuficiencia o desdén de variopintos funcionarios que por el contrario, decían o afirmaban “otra realidad”, la ineficacia institucional, en fin, lo que debió al menos alertar sobre las manipulaciones demagógicas, al final, logró lo contrario y definió que los mexicanos en una relativa mayoría, prefieren que otros sean los “constructores” de su realidad individual y colectiva sectorizada, sin sopesar –todavía, porque por otra parte, “la realidad, un día nos alcanza”- surgió para quedarse, otro fenómeno: Las redes sociales. Aunque ya, a estas alturas, invadida y contaminada por esos agentes que abonan la Demagogia.

LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Entonces, ¿Estamos perdidos en una ficción? La subjetividad en ese terreno, al menos por lo que se ve, domina e impone “una realidad”, positiva o negativa. Hay quien afirma que si tenemos pensamientos positivos, así será la cosecha en la realidad personal, que sí se logra llegar así a la colectividad, podría existir entonces, una especie de felicidad. ¿Cómo se siente, cómo percibe usted o ustedes amables lectores, ese asunto de la realidad? Hay un pensamiento que se atribuye a Henry Ford: “Tanto los que creen que pueden hacer algo, como los que creen que no, ambos, al final tienen razón.” Es lo que hay. Cuídense mucho.

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