Durante mucho tiempo, se consideraba en economía que lo importante era que esta creciera. Ya luego se vería cómo se distribuirían los beneficios de la riqueza.
No obstante, con el tiempo el mundo se dio cuenta de que la riqueza de las personas mas acaudaladas no “permeaba” ni se “derramaba” de manera espontánea hacia el resto de la población, por lo que la gente más desfavorecida no alcanzaba los beneficios del crecimiento del producto interno bruto.
No funcionó el extremo de que sólo con competencia y riqueza se creara un mundo mejor para la mayoría. Tampoco ocurrió que con un Estado enorme y sin propiedad privada se lograra igualar las condiciones de distintos segmentos de la población.
Ahora, todos reconocen los beneficios de la inversión extranjera, y de la generación de riqueza. Pero también el mundo ha descubierto que es necesario diseñar y poner en marcha verdaderos mecanismos de distribución de riqueza.
De la misma manera, la digitalización, la automatización, así como la alfabetización digital no son fines en sí mismos. Es necesario, por una parte, que los avances tecnológicos estén cada vez más al alcance de todos, empezando por el acceso a internet y, al mismo tiempo, la pandemia nos enseñó que sólo poniendo atención en la riqueza y en la tecnología no solamente generamos un mundo de ricos más ricos y pobres más pobres, sino que dilapidamos la naturaleza y también nuestro medio ambiente.
NUEVO PARADIGMA SOCIAL: “JUSTICIA CLIMÁTICA”
Marisa Ortiz Mantilla, secretaria de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial de Guanajuato, dio a conocer que el estado está entrando en un nuevo paradigma social y ambiental denominado Twin Transition, es decir, lograr que el tránsito hacia la tecnología y la digitalización se desarrolle con sustentabilidad ambiental.
La secretaria Ortiz Mantilla nos recuerda que “hasta el momento no tenemos un plan para migrar a Marte; es un solo planeta, el planeta Tierra, y desde Guanajuato estamos comprometidos para verdaderamente actuar aquí y para mostrar lo mejor de Guanajuato para el mundo, enfocado a la sustentabilidad”.
fue uno de los primeros estados en el país en tener una ley de cambio climático. Pero ese ordenamiento jurídico se creó antes de la pandemia. Por eso, los integrantes de la comisión de Medio Ambiente del Congreso de Guanajuato analizan ya la iniciativa de reforma a la Ley de Cambio Climático para el Estado de Guanajuato y sus Municipios, presentada por el diputado Javier Alfonso Torres Mereles.
Se busca que la ley adopte el concepto de justicia climática. El legislador resaltó que se busca atender diversas áreas de oportunidad en materia ambiental como: la mitigación; calidad del aire; el fortalecimiento del sector hídrico; la adaptación, la reducción de la vulnerabilidad y la atención a los grupos sociales en condición de vulnerabilidad.
Se trata de generar un marco jurídico claro y robusto que refleje la respuesta del estado con respecto a la mitigación de las emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero, y reduzca la vulnerabilidad de su población ante los efectos adversos del cambio climático.
Asimismo, la iniciativa de ley pretende, además de favorecer la integralidad de la política ambiental y climática subnacional, mejorar los mecanismos de coordinación institucional entre las distintas dependencias, entidades y organismos participantes, así como identificar los diversos instrumentos de política pública, económicos y de planeación con los que cuenta el estado, para poner en marcha las estrategias y acciones locales en materia climática.
Ya nada más faltaría que la federación contribuyera con lo que le toca, que es determinar una política pública orientada hacia la descarbonización –como ha alertado en estas paginas Takao Nakahata, de Jetro México– y que asuma sus obligaciones en la remediación de casos como Tekchem en Salamanca y Química central, en San Francisco del Rincón: dos aberraciones mayúsculas del pasado que pagamos los habitantes de Guanajuato en el presente.