Hace unos cuantos días ocurrió el ataque más mortífero y salvaje del grupo islamista Hamas a la población y Estado de Israel y desde la franja de Gaza logró, justamente a 50 años de la Guerra de los Seis Días, penetrar el cerco militar impuesto por el estado judío. Capturaron tres instalaciones militares, y en una operación sin precedente tomaron 22 comunidades en los territorios árabes ocupados justamente desde la guerra de los Seis Días. Los invasores secuestraron a más de 150 personas para ser utilizadas como herramientas de presión y negociación y a la fecha son más de mil las personas fallecidas entre israelíes, palestinos y personas de origen árabe y seguramente de todas las religiones. Claro está, casi todos, inocentes.
En los medios de comunicación, la barbarie que está ocurriendo en el territorio de Israel está recibiendo, por una parte, la cobertura de la coyuntura diaria en la cual el número de muertos se acumula y cada día se conoce más información acerca de quienes se quedaron varados en Israel, como los más de 200 mexicanos que están tratando de regresar en los aviones de la Secretaría de la Defensa Nacional o los 19 guanajuatenses que están allá.
Al mismo tiempo, cada día avanzan los análisis acerca de por qué, el que se supone que era el sistema de seguridad más eficaz del mundo, falló e independientemente de que en unos días los israelíes puedan imponerse militarmente, el golpe a su reputación, su imagen y su credibilidad nadie se los quitará.
El periodista Raymundo Riva Palacio recordó que Brice Riedel en un ensayo publicado por Brookings Institution explicó que la inteligencia militar falla "cuando las comunidades políticas y de inteligencia construyen un circuito de retroalimentación que refuerza sus prejuicios y los ciega ante los cambios en el entorno de amenazas".
Eso quiere decir que los adversarios, con tiempo y paciencia, lograron generar la percepción en los israelíes de que ellos –los islamistas– eran débiles y por lo tanto no los iban a atacar. Y Netanyahu y sus amigos lo creyeron.
Al mismo tiempo, los terroristas islamistas aprovecharon la polarización y la división política en Israel para vulnerar su seguridad y para atacarlos de una manera sin precedente.
Por cierto, la diplomacia israelí criticó la tibieza con la que el Presidente López Obrador se expresó acerca del conflicto. No cabe duda de que es casi imposible encontrar los adjetivos para describir la forma como los islamistas acribillaron, por ejemplo, a más de 200 asistentes en un rave, pero también es verdad que ese conflicto lleva tanto tiempo que las agresiones mutuas, la cantidad de israelíes, pero también palestinos, árabes, cristianos y judíos inocentes han perecido, que es casi imposible hacer un juicio de valor sumario.
DIVIDE Y VENCERÁS
El infierno en la franja de Gaza de estos días no se puede comparar con nada que imaginemos. No obstante, deja algunas lecciones.
Cuando alguien menosprecia a su adversario puede pecar de arrogante y ahí empieza un descalabro posible.
Y cuando ese alguien está dividido muestra una vulnerabilidad que lo deja en una situación extremadamente riesgosa.
La alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez, ya metió su carta de intención para reelegirse y al día siguiente dijo que va a seguir dando la lucha. O sea sí, pero no, pero sí, pero no. Quiero ser alcaldesa, pero ya no gobernadora, pero sí, pero voy a liderar a quienes no están de acuerdo con el gobernador. Bueno.
En Irapuato, los adeptos de Ricardo Ortiz se dan hasta con la cubeta con Lorena Alfaro. Otra vez, lavando la ropa sucia públicamente.
Es verdad que Ricardo Sheffield y Ernesto Prieto no viven una historia de amor, pero dadas las divisiones de los panistas en Guanajuato, los morenistas se frotan las manos. Las brigadas de ese partido recorren los caminos de Guanajuato y ganan adeptos. Cada uno "convence" a cinco y esos cinco a otros más, en una estructura piramidal. Y al mirar las divisiones del partido en el poder, simple y sencillamente, se frotan las manos y preparan la ofensiva del dos de junio de 2024.