/ martes 20 de agosto de 2024

Prospectiva

¡40 días y nos vamos… se van!

Es quizá lo que esperamos ver los mexicanos dentro y fuera del país, especialmente cuando reflexionamos sobre los indicadores económicos que el país tendrá en el momento de cambio del poder ejecutivo y del poder legislativo.

En medio de una polémica por la aplicación del plan C del presidente López que destaca específicamente por la crisis que impulsa en el poder judicial y que como era de esperarse, cada vez complica más las posibilidades de resolverse.

Con una negociación que le han ofrecido a la suprema corte en el sentido de que le respetarán su haber de retiro, es decir, la pensión vitalicia si renuncian antes del 31 de agosto.

Viendo al futuro inmediato crece la incertidumbre alrededor de los pronósticos económicos para el año 2025 para la economía mexicana, podría crecer 1.5% del Producto Interno Bruto, esta caída con respecto al 2024, se explica en la previsión de un menor gasto público, específicamente existe incertidumbre alrededor del pronóstico en el sentido de que existe mucha preocupación por la consolidación fiscal, es decir que ésta no se logre en la magnitud que se requiere como lo afirmó la subgobernador Irene Espinosa.

Los pronósticos de crecimiento para 2024 y 2025, incorporan el efecto esperado de la relocalización de empresas así como el impacto de la política fiscal, también es parte del riesgo el pronóstico de una caída en el gasto de inversión, es decir la falta de inversión, el crecimiento de la economía en el mediano y en el largo plazo es frágil y no parece ser un tema prioritario para la presidenta electa (quizá porque sigue sin animarse a decir, delante del presidente López, que desarrollo para todos no ha sido el resultado de la gestión del gobierno durante el sexenio que estará concluyendo en unos cuantos días.)

De acuerdo con los indicadores del Banco de México, podríamos cerrar el año 2024 con una cifra óptima de 670,000 nuevos empleos formales, en el año 2025 pronostican la generación de 710,000, siendo una cifra alentadora, está muy lejana de la necesidad de crear nuevos puestos de trabajo para arriba de 1 200 000 que son los que se requieren para mejorar el ingreso Fiscal en el próximo año.

Para el cierre del año 2024, la Secretaría de Hacienda proyecta un déficit presupuestario de 5.9% del PIB, el desbalance más alto de los últimos 35 años; por el incremento del déficit del gobierno, insiste en que este endeudamiento será excepcional debido a la conclusión de los proyectos de infraestructura de la actual administración Federal, sin embargo lo que más se ha destacado de esos mensajes es que la presidenta continuará con infraestructura, especialmente la decisión de invertir en trenes, haciendo caso omiso de los exponenciales niveles de financiamiento que requiere la infraestructura ferroviaria, como sucede prácticamente en todos los países del mundo cuando se trata de infraestructura de transporte de cargas y personas por tren.

Al final del día, es un reto desproporcionado bajar el déficit en un solo año en tres puntos porcentuales del PIB.

A este modelo económico que con cierta ligereza el gobierno mexicano le llama neoliberal debe ser tratado con matices y por supuesto tiene interpretaciones.

Aplicaciones recientes evaluadas por el informe de competitividad del foro económico mundial ubican el país en el lugar 48 de un total de 63 países, es decir, su peor posición desde 2008. En lo que va de actual administración es decir del gobierno del presidente López, el país ha retrocedido 16 lugares, si se compara con el lugar 32 en el que se ubicaba en el 2013, ha sido el país que más ha retrocedido en este periodo y entre los aspectos que más afectaron la valoración a la baja del país se encuentra la eficiencia del gobierno que descendió 22 lugares.

Enseguida, el desempeño económico con una baja de 16 lugares, entre las principales debilidades de la competitividad de nuestro país se encuentra: el egreso de alumnos de escuela secundaria, lugar 63; concentración del comercio exterior, lugar 62; transparencia gubernamental, lugar 60; corrupción lugar 59, homicidios lugar 59; son rubros en los que se sitúa entre las peores posiciones del ranking mundial.

También hay algunas fortalezas las horas de trabajo empresarial. Segundo lugar desempleo juvenil, séptimo lugar costo de la vida, octavo lugar y tasa de desempleo 10º lugar.

Es un reto fundamental para el país la consolidación de la relación comercial con Estados Unidos a través de mantener las negociaciones del Tratado de Libre Comercio, así como continuar con la instrumentación adecuada de reformas estructurales. México debe incrementar su crecimiento del Producto Interno Bruto a un ritmo de 3 o 4% apoyando el crecimiento del mercado interno. Asimismo, Requiere mejorar el ambiente de negocios y mejorar la regulación de la competencia y la justicia.

Continuando con la cita del informe del foro económico de los 138 países analizados. México se encuentra casi al final en específico en el renglón de instituciones, nuestro país se encuentra en el lugar 116 entre los 138 países evaluados renglón comprende 21 indicadores dentro de los que México sobresale negativamente en los siguientes:

Crimen organizado, lugar 135.

Confiabilidad de las policías, lugar 130.

Desviación de fondos públicos, lugar 125.

Favoritismo en las decisiones de funcionarios públicos, lugar 124.

Efectividad del Marco legal para solucionar conflictos. Lugar 113.

De competitividad de la educación. Los resultados son lamentablemente muy pobres en materia de calidad de la educación primaria del país se ubica en el lugar 113.

En calidad del sistema educativo general en el lugar 112.

En calidad de la educación en ciencias y matemáticas en el 120

Son algunos de los indicadores con los que se deberá trabajar si todos los discursos de la presidenta electa parten del compromiso de crecimiento y desarrollo para todos.

Si la apuesta es, como afirma en sus discursos, de continuidad, y consolidación de su movimiento político. Los pronósticos son de preocupación.

En los días que le quedan al actual gobierno podrían hacer un esfuerzo, aunque sea mínimo, por reconocer el deterioro en mi acción de gobierno y ver los indicadores como temas de reflexión para emigrar de políticas vacías a contenidos con un elemental compromiso con el desarrollo del país.

¿Es mucho pedir?

Hasta la próxima en PROSPECTIVA.

J. Gerardo Mosqueda M.

¡40 días y nos vamos… se van!

Es quizá lo que esperamos ver los mexicanos dentro y fuera del país, especialmente cuando reflexionamos sobre los indicadores económicos que el país tendrá en el momento de cambio del poder ejecutivo y del poder legislativo.

En medio de una polémica por la aplicación del plan C del presidente López que destaca específicamente por la crisis que impulsa en el poder judicial y que como era de esperarse, cada vez complica más las posibilidades de resolverse.

Con una negociación que le han ofrecido a la suprema corte en el sentido de que le respetarán su haber de retiro, es decir, la pensión vitalicia si renuncian antes del 31 de agosto.

Viendo al futuro inmediato crece la incertidumbre alrededor de los pronósticos económicos para el año 2025 para la economía mexicana, podría crecer 1.5% del Producto Interno Bruto, esta caída con respecto al 2024, se explica en la previsión de un menor gasto público, específicamente existe incertidumbre alrededor del pronóstico en el sentido de que existe mucha preocupación por la consolidación fiscal, es decir que ésta no se logre en la magnitud que se requiere como lo afirmó la subgobernador Irene Espinosa.

Los pronósticos de crecimiento para 2024 y 2025, incorporan el efecto esperado de la relocalización de empresas así como el impacto de la política fiscal, también es parte del riesgo el pronóstico de una caída en el gasto de inversión, es decir la falta de inversión, el crecimiento de la economía en el mediano y en el largo plazo es frágil y no parece ser un tema prioritario para la presidenta electa (quizá porque sigue sin animarse a decir, delante del presidente López, que desarrollo para todos no ha sido el resultado de la gestión del gobierno durante el sexenio que estará concluyendo en unos cuantos días.)

De acuerdo con los indicadores del Banco de México, podríamos cerrar el año 2024 con una cifra óptima de 670,000 nuevos empleos formales, en el año 2025 pronostican la generación de 710,000, siendo una cifra alentadora, está muy lejana de la necesidad de crear nuevos puestos de trabajo para arriba de 1 200 000 que son los que se requieren para mejorar el ingreso Fiscal en el próximo año.

Para el cierre del año 2024, la Secretaría de Hacienda proyecta un déficit presupuestario de 5.9% del PIB, el desbalance más alto de los últimos 35 años; por el incremento del déficit del gobierno, insiste en que este endeudamiento será excepcional debido a la conclusión de los proyectos de infraestructura de la actual administración Federal, sin embargo lo que más se ha destacado de esos mensajes es que la presidenta continuará con infraestructura, especialmente la decisión de invertir en trenes, haciendo caso omiso de los exponenciales niveles de financiamiento que requiere la infraestructura ferroviaria, como sucede prácticamente en todos los países del mundo cuando se trata de infraestructura de transporte de cargas y personas por tren.

Al final del día, es un reto desproporcionado bajar el déficit en un solo año en tres puntos porcentuales del PIB.

A este modelo económico que con cierta ligereza el gobierno mexicano le llama neoliberal debe ser tratado con matices y por supuesto tiene interpretaciones.

Aplicaciones recientes evaluadas por el informe de competitividad del foro económico mundial ubican el país en el lugar 48 de un total de 63 países, es decir, su peor posición desde 2008. En lo que va de actual administración es decir del gobierno del presidente López, el país ha retrocedido 16 lugares, si se compara con el lugar 32 en el que se ubicaba en el 2013, ha sido el país que más ha retrocedido en este periodo y entre los aspectos que más afectaron la valoración a la baja del país se encuentra la eficiencia del gobierno que descendió 22 lugares.

Enseguida, el desempeño económico con una baja de 16 lugares, entre las principales debilidades de la competitividad de nuestro país se encuentra: el egreso de alumnos de escuela secundaria, lugar 63; concentración del comercio exterior, lugar 62; transparencia gubernamental, lugar 60; corrupción lugar 59, homicidios lugar 59; son rubros en los que se sitúa entre las peores posiciones del ranking mundial.

También hay algunas fortalezas las horas de trabajo empresarial. Segundo lugar desempleo juvenil, séptimo lugar costo de la vida, octavo lugar y tasa de desempleo 10º lugar.

Es un reto fundamental para el país la consolidación de la relación comercial con Estados Unidos a través de mantener las negociaciones del Tratado de Libre Comercio, así como continuar con la instrumentación adecuada de reformas estructurales. México debe incrementar su crecimiento del Producto Interno Bruto a un ritmo de 3 o 4% apoyando el crecimiento del mercado interno. Asimismo, Requiere mejorar el ambiente de negocios y mejorar la regulación de la competencia y la justicia.

Continuando con la cita del informe del foro económico de los 138 países analizados. México se encuentra casi al final en específico en el renglón de instituciones, nuestro país se encuentra en el lugar 116 entre los 138 países evaluados renglón comprende 21 indicadores dentro de los que México sobresale negativamente en los siguientes:

Crimen organizado, lugar 135.

Confiabilidad de las policías, lugar 130.

Desviación de fondos públicos, lugar 125.

Favoritismo en las decisiones de funcionarios públicos, lugar 124.

Efectividad del Marco legal para solucionar conflictos. Lugar 113.

De competitividad de la educación. Los resultados son lamentablemente muy pobres en materia de calidad de la educación primaria del país se ubica en el lugar 113.

En calidad del sistema educativo general en el lugar 112.

En calidad de la educación en ciencias y matemáticas en el 120

Son algunos de los indicadores con los que se deberá trabajar si todos los discursos de la presidenta electa parten del compromiso de crecimiento y desarrollo para todos.

Si la apuesta es, como afirma en sus discursos, de continuidad, y consolidación de su movimiento político. Los pronósticos son de preocupación.

En los días que le quedan al actual gobierno podrían hacer un esfuerzo, aunque sea mínimo, por reconocer el deterioro en mi acción de gobierno y ver los indicadores como temas de reflexión para emigrar de políticas vacías a contenidos con un elemental compromiso con el desarrollo del país.

¿Es mucho pedir?

Hasta la próxima en PROSPECTIVA.

J. Gerardo Mosqueda M.