/ jueves 11 de julio de 2024

¿No Debemos Juzgar?

Existe una creencia popular en nuestra cultura sobre la cual necesitamos una mayor comprensión, ya que una falsa apreciación de la realidad afecta negativamente para nuestro desarrollo como individuos, como familias y como sociedad.

La creencia popular de la que hablo, se torna como una postura correcta pero sin serlo, como lo analizaremos a continuación.

Esta manera de pensar popular que dice “no juzgues”, haciendo hincapié a las palabras de Jesús “no juzgues, para que no seas juzgado”, se ha prendido fuertemente en nuestra cultura, pero no de la manera correcta en el verdadero sentido en que Jesús lo dijo, sino dándole una interpretación torcida, fuera de todo el contexto moral de la enseñanza que Jesús trajo a la humanidad.

Esta falsa interpretación a las palabras de Jesús, aunado a las ya equivocadas perspectivas que heredamos, lleva a las personas a creer que es malo juzgar lo que es correcto o incorrecto del comportamiento humano, o pensar que como todos cometemos errores, esa es la razón del por qué no debemos juzgar las acciones de otros.

Pero esto está más fuera de la realidad que los elefantes rosas, porque todas las personas juzgamos, es imposible no hacerlo, es parte de nuestra naturaleza.

Por ejemplo, pensemos lo siguiente, ¿por qué decimos que tenemos un buen o mal gobierno, por qué hablamos sobre lo bien o mal que está la educación, por qué catalogamos el servicio de una empresa como excelente o deficiente, por qué mencionamos que una persona es de confianza o no lo es, por qué damos una respuesta cuando se nos pregunta cómo estuvo nuestro día?, y así podríamos continuar con muchos ejemplos sobre la cantidad de juicios que emitimos día con día sobre el comportamiento humano.

Sencillamente todas las personas emitimos juicios, juzgamos sobre nosotros mismos, sobre personas, sobre situaciones. Juzgar significa en el diccionario común: formar opinión sobre algo o alguien, y su raíz etimológica es “iudicare” que significa “dictar un veredicto, indicar ley”.

Por eso, cuando tú revisas el contexto completo de lo que Jesús dijo en este pasaje, notas con claridad que lo que estaba reprobando Jesús era la hipocresía, es decir, cuando tú juzgas en otro lo que tú mismo tienes en ti.

Él para nada está diciendo “no juzgues”, él está diciendo: Fíjate primero en tu estilo de vida antes de señalar el estilo de vida del otro, asegúrate de que estás limpio de lo que quieres condenar en el otro. La enseñanza de Jesús en este pasaje es “no seas incongruente”, en ningún momento la exhortación es a “no juzgar”.

Si se sigue leyendo el contexto de lo que Jesús dijo, y en cada uno de los evangelios, uno se da cuenta que Jesús mismo juzgó el comportamiento humano, clasificándolo, comparándolo por la evidencia de sus acciones externas.

Jesús mismo defiende el derecho de juzgar, cuando dijo “no juzguen ustedes por las apariencias, cuando juzguen, háganlo con rectitud (Juan 7:24)”. Él sabía la importancia de juzgar y la importancia de hacerlo bien.

Pues existe un parámetro que determina si estamos juzgando bien o lo estamos haciendo mal según las apariencias, y este parámetro es la ley moral. El problema no es juzgar, el problema es bajo qué parámetro lo hacemos, qué ley moral tomamos como referencia para emitir nuestros juicios.

Jesús dijo que juzgáramos con rectitud, ¿podrá el ser humano juzgar con rectitud si ignora la ley moral de Dios?.

Creer que no debemos juzgar y no hacerlo, o hacerlo bajo un parámetro erróneo sin considerar la ley moral de Dios, hace que muchas cosas vayan mal. Pues considera que aún los padres de familia saben que deben juzgar el comportamiento de sus hijos y corregirlos para que no se vayan por el mal camino. Ahora imagínate lo que pasa en la vida social, económica, política y de la cultura en general de una nación cuando se acepta el concepto de que no debemos juzgar, obvio que el único resultado es que todo tipo de comportamientos destructivos llegan a normalizarse y aceptarse, destruyendo así el buen orden social.

Si queremos un buen orden en nuestra sociedad, definitivamente toda acción humana debe estar sujeta a ser juzgada si es correcta o no lo es, todo a través de una ley moral que supere a las leyes morales humanas defectuosas, este es el único camino que nos puede abrir un mejor horizonte para nuestro futuro.

Favor de enviar todo comentario al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.

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