Lo que voy a decir en este artículo, lo digo con toda la justificación de estudios y análisis serios desde las distintas disciplinas de investigación que se han hecho sobre el tema.

El desafío más grande que tenemos en el siglo XXI no se encuentra en que la ciencia descubra mayores beneficios tecnológicos, pero ojo, lo digo sin quitar el valor a los beneficios que ésta nos aporta; el desafío más grande es el desarrollo de familias fuertes, y al referirme a familias me refiero al modelo original de familia natural, y así en todo el artículo.

Si no hay familias fortalecidas, no hay sociedad fortalecida, de la misma manera que la debilidad en el cuerpo humano nos dice que no tenemos el mismo rendimiento, o que la debilidad en un edificio que no tiene buena cimentación nos dice que va a tener problemas. Todo lo que se debilita finalmente se colapsa, es una ley básica.

Tan solo hay que ver la condición en la que se encuentra la familia para darnos cuenta de cómo está la sociedad en el país, en un alto porcentaje están desorientadas sin saber cómo tomar el rumbo.

Así como un cuerpo manifiesta ciertos síntomas de que está enfermo, así las familias manifiestan síntomas de que están desintegradas, se ve fácilmente cómo los niños son violentos, incluso pueden drogarse o alcoholizarse, qué decir de las deformaciones del carácter de los niños, siendo en muchos de los casos por la violencia y abusos que viven en el hogar, y es un ciclo que se va dando de una familia a otra nueva familia que se forma y a otra y así sucesivamente.

Muchos son los problemas que surgen en el hogar debido a la ausencia total de una calidad de vida, y por calidad de vida no me refiero exclusivamente al aspecto económico, por eso muchos de nuestros problemas sociales que tenemos en el país, no es de dinero, ni de más tecnología, ni de más escuelas, nuestros problemas es la delincuencia juvenil, el abuso de niños, el abuso conyugal, el abuso de los ancianos, el abandono de padres a hijos y de hijos a padres, y de alguna manera de las enfermedades mentales que se están incrementando constantemente.

Todos estos problemas los podemos ligar a una mala calidad de vida familiar, cuyo resultado es la ausencia del fortalecimiento familiar. Cada uno de nosotros sabe en lo más profundo de nuestro ser, que mucha de nuestra felicidad, mucho de nuestro bienestar emocional ha sido influenciado por la calidad de relaciones cercanas y profundas que llamamos relaciones humanas, es decir, como estamos estrechamente relacionados con personas, de alguna manera como se nos trate o tratemos, es la calidad o ausencia de calidad de felicidad que se tiene.

Dependemos mucho de cómo se piensa uno de otro, dependemos mucho de cómo se nos trata, hasta que no llegamos a una madurez espiritual, emocional, intelectual, que proviene de un conocimiento muy estrecho de cómo estamos diseñados de acuerdo a cómo Dios nos hizo. Muchos pasan por la tierra y no logran esa madurez espiritual, emocional, intelectual, y no es porque sea difícil, sino porque ya se han derrotado a sí mismos, o no creen que hay esperanza para poder hacer el cambio.

Promover el fortalecimiento familiar debe ser la principal prioridad en el país, toda la deformación que tenemos social se detona en el hogar.

El mejor modelo de una familia fortalecida y que sea funcional de manera correcta, lo encontramos en un solo conjunto de libros que es la Biblia, desafortunadamente hay muchos que fruncen la ceja o la frente, en el momento que escuchan la palabra “Biblia”, porque inmediatamente lo asocian con religión y ahí está la gran pérdida de los seres humanos, asociar la Biblia con religión.

En el próximo artículo comentaré algunas cualidades para el fortalecimiento familiar que encontramos en dicho documento, que permite formar familias fuertes, saludables y adaptables a toda situación. Gracias por tu interés y tu tiempo.

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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.