Uno nace en cualquier lado sin saberlo y uno muere sin planear la mejor forma, pero al final, se muere y nunca sabremos qué hay en el más allá; sin embargo, cuando alguien trasciende de forma repentina sin que los que quedamos acá lo esperásemos, el golpe es como knock out, y, si quien se va es una hermana, nos queda un espacio vacío que no se llena con nada, pues son seres que han sido parte de nuestra vida y aunque permanecen en los recuerdos de los buenos y dulces momentos tanto como los momentos no agradables que con ellos compartimos, en el minuto que parten, perdemos un pedazo de corazón y recordamos lo dicho y lo no dicho, mientras una parte de nuestro amor escapa al espacio del ser amado una vez cortada su misión terrenal, sugiriendo que nos detengamos para revisar nuestro seguimiento y reflexionemos sobre si estamos anunciando el reino de Dios o nos estamos anunciando a nosotros mismos a nuestro nuevo camino y tal vez sea un llamado a reflexionar, ya que, aunque sabemos que no queda nada por hacer y lo único que podemos decir es adiós estando agradecida por haberla tenido a mi lado el tiempo que nos permitió el Universo, acepto que ella es ahora Iluminación y literalmente está con la Energía de Dios, en eso creo y eso deseo aceptando que nuestra conexión con la Fuente existe en la realidad de tiempo/espacio.
En la vida, el espacio es nacer y morir y no tiene nada de particular hasta que alguien se nos va, y entonces, los recuerdos se apelmazan en la mente y nuestra infancia viene acompañada de múltiples imágenes, unas ausentes y otras presentes, las risas, las lágrimas, los enojos y contentadas porque lo maravilloso en esta vida es empezar, es nacer cada día y cumplir con el libre albedrío, ella, mi muy querida hermana de figura lánguida y hermosa, de ojos bellos complementando su rostro perfecto, se fue, aunque siempre permanecerá en mí, con sus sí y sus no, siempre buscando el amor y el ser amada, con el misterio de su existencia, con sus ojos abiertos que en ocasiones no vieron lo que le rodeó, ella ahora partió, con todas sus alegrías y tristezas, con amor y desamor, porque uno nace aquí o allá y muere aquí o allá sin saber la hora, ni el lugar, sin avisarnos a quienes la amamos para estar en ese último respiro y como esto no ocurre porque simplemente pasa, la nostalgia nos invade y la tristeza golpea mientras ella trasciende a otro plano que también nos espera, la escenografía es siempre la misma aunque nunca se decore igual, es un simple hasta pronto rodeado de condolencias y rosarios, de rezos y llantos sabiendo que es un tesoro que nos lleva de la vida a la muerte sabiendo que lo que pasa es y lo que trasciende es su alma y lo que queda es su silencio, por eso hoy te digo hasta siempre, hasta nunca y hasta pronto, te amo y si puedes escríbeme en angeldesofia@yahoo.com.mx