/ jueves 25 de julio de 2024

¿Más pobreza, más inseguridad?

La Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) declaró en días pasados que la modernización y la seguridad son esenciales para revitalizar el transporte de carga en México, en un momento donde el robo de carga está pasando por su momento más crítico y violento en el país.

El robo de carga es un desafío que enfrenta México. La Confederación de Cámaras industriales (Concamin) ha señalado que el robo de carga en el país cuesta más de siete mil millones de pesos (394 millones de dólares) anuales, ocurriendo el mayor número de incidentes en los estados de Guanajuato, Puebla, México y Jalisco. Estos robos impactan gravemente a la economía formal al financiar la economía informal.

De acuerdo con la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (Cepal), México debe encontrar pronto un balance entre garantizar la seguridad y continuar facilitando el intercambio comercial y las inversiones. Es decir, debe cuidar que sus acciones en materia de seguridad e infraestructura no sean completamente rígidas, porque los costos logísticos seguirán aumentando y el paraíso de competitividad e inversión que representa México hoy por hoy para el mundo comenzará a sufrir consecuencias de estos altos costos.

La ignorancia o la superficialidad a menudo consideran que la violencia y el crimen es algo de pobres. Nada más falso que eso. El pobre no es la causa del crimen, sino una combinación de factores. Si los progres inevitablemente tuvieran que cometer delitos, México estaría mucho peor de lo que ya estamos. Porque los pobres son en número infinitamente mayores que los ricos.

Para el sociólogo José Vicente Tavares, la constatación de que los índices sociales mejoran y la criminalidad aumenta es prueba indiscutible de que no existe relación entre pobreza y violencia. Podemos asegurar de esta manera entonces que la violencia ha penetrado y se encuentra en todos los estratos sociales. Se ha convertido para todos en una norma de conducta, un valor. La violencia ya no está más al margen de la sociedad, la sociedad es mucho más violenta de lo que queremos admitir y no es que sea invisible, pero nos negamos a reconocer que somos parte del problema, que nos hemos convertido en seres violentas y somos parte de la causa raíz del grave problema de inseguridad que enfrenta nuestra sociedad y nuestro país.

Personas en autos caros, bien vestidos, no dudan en denostar, insultar y usar lenguaje soez para amenazar y exhibir su supuesto poderío. Lo vemos en los partidos de futbol, con el famoso grito que nos ha evidenciado ante el mundo. Se lee y se percibe en las redes sociales inundadas de intolerancia y un irrespeto total hacia todo aquello que no vaya acorde con mi manera de pensar, en fin.

No son exactamente los pobres quienes sobresalen en violencia en esta tierra sin educación.

Sin duda la inseguridad en el transporte de carga es un desafío complejo que requiere un enfoque multifacético, donde se implementen medidas de seguridad rigurosas y de colaboración entre los sectores público y privado. Pero el verdadero desafío queda en nosotros, ciudadanos y sociedad, de todos y cada uno de los niveles, en comenzar a elevar nuestro nivel de educación y tolerancia. Comenzando por crear un entorno seguro y de respeto en casa. ¡Hasta la próxima!

Analista empresarial y director regional de Logística y Relaciones Comerciales de Palos Garza

miguel.rivera@palosgarza.com

La Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) declaró en días pasados que la modernización y la seguridad son esenciales para revitalizar el transporte de carga en México, en un momento donde el robo de carga está pasando por su momento más crítico y violento en el país.

El robo de carga es un desafío que enfrenta México. La Confederación de Cámaras industriales (Concamin) ha señalado que el robo de carga en el país cuesta más de siete mil millones de pesos (394 millones de dólares) anuales, ocurriendo el mayor número de incidentes en los estados de Guanajuato, Puebla, México y Jalisco. Estos robos impactan gravemente a la economía formal al financiar la economía informal.

De acuerdo con la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (Cepal), México debe encontrar pronto un balance entre garantizar la seguridad y continuar facilitando el intercambio comercial y las inversiones. Es decir, debe cuidar que sus acciones en materia de seguridad e infraestructura no sean completamente rígidas, porque los costos logísticos seguirán aumentando y el paraíso de competitividad e inversión que representa México hoy por hoy para el mundo comenzará a sufrir consecuencias de estos altos costos.

La ignorancia o la superficialidad a menudo consideran que la violencia y el crimen es algo de pobres. Nada más falso que eso. El pobre no es la causa del crimen, sino una combinación de factores. Si los progres inevitablemente tuvieran que cometer delitos, México estaría mucho peor de lo que ya estamos. Porque los pobres son en número infinitamente mayores que los ricos.

Para el sociólogo José Vicente Tavares, la constatación de que los índices sociales mejoran y la criminalidad aumenta es prueba indiscutible de que no existe relación entre pobreza y violencia. Podemos asegurar de esta manera entonces que la violencia ha penetrado y se encuentra en todos los estratos sociales. Se ha convertido para todos en una norma de conducta, un valor. La violencia ya no está más al margen de la sociedad, la sociedad es mucho más violenta de lo que queremos admitir y no es que sea invisible, pero nos negamos a reconocer que somos parte del problema, que nos hemos convertido en seres violentas y somos parte de la causa raíz del grave problema de inseguridad que enfrenta nuestra sociedad y nuestro país.

Personas en autos caros, bien vestidos, no dudan en denostar, insultar y usar lenguaje soez para amenazar y exhibir su supuesto poderío. Lo vemos en los partidos de futbol, con el famoso grito que nos ha evidenciado ante el mundo. Se lee y se percibe en las redes sociales inundadas de intolerancia y un irrespeto total hacia todo aquello que no vaya acorde con mi manera de pensar, en fin.

No son exactamente los pobres quienes sobresalen en violencia en esta tierra sin educación.

Sin duda la inseguridad en el transporte de carga es un desafío complejo que requiere un enfoque multifacético, donde se implementen medidas de seguridad rigurosas y de colaboración entre los sectores público y privado. Pero el verdadero desafío queda en nosotros, ciudadanos y sociedad, de todos y cada uno de los niveles, en comenzar a elevar nuestro nivel de educación y tolerancia. Comenzando por crear un entorno seguro y de respeto en casa. ¡Hasta la próxima!

Analista empresarial y director regional de Logística y Relaciones Comerciales de Palos Garza

miguel.rivera@palosgarza.com