Hace unos días me pude dar una escapada a la ciudad de feria y su jugada, bonito León Guanajuato, y entre el tráfico y la oferta zapatera me llamó la atención los nuevos puentes con un gran mensaje, sobre cómo se utiliza el Impuesto Sobre la Nómina para beneficio de los guanajuatenses.
Y es que mientras unos utilizan los canales de comunicación para relanzar lo que pareciera un programa de Carmen Salinas, con dimes y diretes durante la crisis económica, pareciera que Guanajuato es lo mínimo que esperaríamos de un gobierno civilizado. Y es que lo dijimos desde hace tiempo, aguas con el COVID pero mucho cuidado con la crisis del bolsillo. A nivel nacional no se han visto estrategias que ayuden a la economía inyectando recursos que se trasladen a los hogares mexicanos. Lo que si se ve son varias cortinas de humo, algunas más fabricadas a fuerza que otras.
Pero pareciera que nuestro estado es un oasis en esta película de Mad Max llamada México, al parecer gobierno, empresarios y sociedad se han puesto de acuerdo para ver una luz al final del túnel. No sólo existen varias obras en el estado con recurso meramente estatal, como lo es el puente de Irrigación en Celaya, el cuál a pesar de toda apuesta en su contra, terminará en tiempo y forma. Sino también se comienzan a hacer estudios para obras de mayor envergadura, como lo es la tan esperada carretera San Miguel – Silao.
Después de que la federación se echara para atrás se está considerando que sea el recurso de las pensiones de la ISEEG para construir esta autopista. Terminará pagándose sola, que mejor que sea un negocio para los guanajuatenses, que algún privado como Grupo México, se lleve los dividendos. Tan sólo la autopista Silao-Guanajuato da 190 millones de pesos al año, ésta por lo menos dará el doble.
Al día de hoy se han invertido ya 10 millones de pesos para el estudio de la autopista, lo que dará como resultado las alternativas de trazo, los aforos, la alimentación de tráfico y por supuesto la corrida financiera. Se calcula que aproximadamente se inviertan 3500 millones de pesos en esta carretera, pero al parecer no se necesita desembolsar el presupuesto del estado y quedarse detenidos hasta la llegada del siguiente o si es que a nuestro cabecita de algodón no se le ocurre tomar venganza contra la alianza federalista y llevar los recursos que se recaban en Guanajuato a otros estados.
Desde esta columna no nos queda más que esperar a ver el avance de esta obra que seguramente detonará este corredor y además estamos ávidos de observar nuevas formas de hacer que el presupuesto rinda, como dicen en mi pueblo hacer rendir los frijoles, pero ahora de forma mucho más inteligente, y así hacer el territorio de todos.