/ jueves 25 de julio de 2024

Ernest Hemingway

El domingo pasado Ernest Hemingway cumpliría 125 años, pero la muerte lo reclamó un dos de julio de 1961, cuando tenía 62 años de edad. Se dice que, debido a los gajes de su oficio de periodista que cubrió varias guerras, vivió atormentado la última etapa de su vida, sumergido en el alcohol, pero no lo creo. Ciertamente, papa Hemingway vivió alejado de los convencionalismos sociales y gustaba de su daiquirí en El Floridita, el cual tenía un preparado especial, sin azúcar, pero -supongo- era parte de su fuente de inspiración para crear buena literatura.

El ambiente cubano fue ideal para escribir El viejo y el mar: el malecón, la pesca, la fauna marina, las balsas y pequeñas embarcaciones… y la amistad con Fidel, como dan cuenta las fotografías que decoran el bar internacional referido -El Floridita, ubicado en La Habana vieja- en donde podemos disfrutar de un (o dos, o tres, o más) daiquirís (Mi mojito e La Bodeguita -del Medio-, mi daiquirí, en El Floridita -dice la consigna popular-) y en donde, a manera de monumento, hay una escultura del propio Ernest Hemingway.

Si aún no conoce a Hemingway ni a su obra (dice la Biblia que por sus frutos los conoceréis), este período vacacional es el ideal para gozar de Por quién doblan las campanas (1940) o de El viejo y el mar (1952), sus novelas, en mi opinión, más célebres, populares y leídas, de entre su vasta producción; la primera, luego de cubrir la Guerra civil española como periodista, la segunda, en su estadía por Cuba.

Por quién doblan las campanas es una novela contextualizada en la España, en el cenit de la década de los treintas, cuyo trama se centra en destruir un puente; el responsable de ello, por encomienda directa del general Golz, es el profesor Jordan, norteamericano, especialista en explosivos y simpatizante de la causa republicana. En los preparativos para el cumplimiento de su misión se enamora de María, con quien anhelaba compartir vida al término de la guerra, en tierras madrileñas. Altamente recomendable.

El viejo y el mar, por su parte, fue escrita en Cuba en los albores de la década de los cincuentas, contando la historia de un pescador anciano, Santiago, cuya suerte impedía conseguir fauna, pero luego la fortuna le cambió y consiguió pescar un rebelde marlín, cuya lucha por su vida duró tres días; mientras regresaba a tierra firme, recordaba su vida y haciendo recordar al lector las contrariedades de la vida y la tenacidad que debemos tener para enfrentarla. Una novela corta para el análisis y la reflexión, con un final inesperado.

Ernest Hemingway es un ejemplo más del hombre de letras que combina el periodismo con la literatura. Nació y murió en Estados Unidos (Illinois y Idaho, respectivamente), y vivió en muchas partes del mundo. Fue un ciudadano cosmopolita.

Ganador del premio nobel de literatura en 1954 por su obra completa. Conductor de ambulancias en la Primera guerra mundial. Casado y divorciado en múltiples ocasiones.

Ernest Hemingway, autor imprescindible de la literatura mundial del siglo pasado.

germanrodriguez32@hotmail.com