/ miércoles 13 de noviembre de 2024

Entre Dudas e Incertidumbre

“El hombre ha nacido para vivir entre las convulsiones de la inquietud o letargia del aburrimiento” Autor desconocido.

El anhelo por la paz en cualquier punto del atlas mundial es y será un deseo vehemente que globalmente jamás se alcanzará. Siempre habrá zonas en el mapa que alteran la tranquilidad de los países. No obstante que cualquier persona sensata y de bien sabe que es una quimera, no deja de ser una meta esperanzada de llegar algún día. Una fe inquebrantable por la que se lucha día a día aun sabiendo que nunca se llegará a conseguir la paz universal como la soñamos los mortales, seguimos persistiendo en luchar por ella.

La avalancha de sucesos inducidos por los avances tecnológicos, más un pellizco a la pandemia, han inducido a modificar los métodos de trabajo, los estilos de vida, cambiar los planes y metas para el futuro próximo y el distante. Los conflictos bélicos que hace un siglo se veían a la lejana distancia poco o nada alteraban la forma de vivir de quienes moraban separados por el océano. Escena que cayó por tierra con la llegada de los nazis del Führer Adolf Hitler con la ambición de apoderarse de Europa y establecer una súper raza aria con el exterminio de la pujante casta judía.

Conflictos bélicos provocados por la agresión de Rusia contra Ucrania y en el Cercano Oriente causada por el sorpresivo ataque de Hamás a Israel sin valorar la enérgica y cruel respuesta militarizada del pequeño país. Discrepancias, ideológicas, geográficas, religiosas y políticas que, en teoría, el diálogo político debería resolver. Política que en la geografía mundial abundan los casos que dependen de la voluntad de un solo hombre, de un líder presidente o primer ministro de Estado así haya sido electo por la voluntad popular, o por imposición de la fuerza militar, o por subterfugios disfrazados de legalidad y democracia.

Cambios de los que surgen dudas e incertidumbre sobre el futuro inmediato y tardío.

Lidiar con la duda es una cuestión compleja que llega a provocar miedo, temor a lo que afectará a un país, a la familia o a una persona. Empero, tratándose de política, tanto interna como externa en particular en un país con grandes inversiones extranjeras que dan trabajo del que dependen y dan de comer a millones de familias, surgen las vacilaciones que perturban la convivencia pacífica, que, si agregamos la destrucción de las bases que sostienen el modelo de república democrática se crea una situación de incertidumbre ligada a una sarta de probabilidades que causan inquietud y ansiedad que suele desestabilizar la armonía entre las fuerzas que sostienen la paz social e impide prever lo que sucederá mañana. En el caso de nuestro golpeado y violento país, está enfrentando cambios sociopolíticos amenazados por el poder del país con el que median tres mil kilómetros de frontera que fuerza a la interdependencia cultural y económica, siendo como siempre, el de lado más débil el que sufra más las consecuencias.

No simpatizo con el mendaz recién electo presidente de los Estados Unidos, si bien no es lo mismo la perorata de campaña al discurso una vez asegurado el triunfo, no dejan de ser inquietantes intenciones que, si observamos con frialdad, el primer objetivo de cualquier mandatario es procurar mejores condiciones de vida para sus conciudadanos y no podemos negar que el T-MEC ha reducido la oferta laboral en los Estados Unidos y abaratado los salarios de los trabajadores allende el Bravo.

flokay33@gmail.com

“El hombre ha nacido para vivir entre las convulsiones de la inquietud o letargia del aburrimiento” Autor desconocido.

El anhelo por la paz en cualquier punto del atlas mundial es y será un deseo vehemente que globalmente jamás se alcanzará. Siempre habrá zonas en el mapa que alteran la tranquilidad de los países. No obstante que cualquier persona sensata y de bien sabe que es una quimera, no deja de ser una meta esperanzada de llegar algún día. Una fe inquebrantable por la que se lucha día a día aun sabiendo que nunca se llegará a conseguir la paz universal como la soñamos los mortales, seguimos persistiendo en luchar por ella.

La avalancha de sucesos inducidos por los avances tecnológicos, más un pellizco a la pandemia, han inducido a modificar los métodos de trabajo, los estilos de vida, cambiar los planes y metas para el futuro próximo y el distante. Los conflictos bélicos que hace un siglo se veían a la lejana distancia poco o nada alteraban la forma de vivir de quienes moraban separados por el océano. Escena que cayó por tierra con la llegada de los nazis del Führer Adolf Hitler con la ambición de apoderarse de Europa y establecer una súper raza aria con el exterminio de la pujante casta judía.

Conflictos bélicos provocados por la agresión de Rusia contra Ucrania y en el Cercano Oriente causada por el sorpresivo ataque de Hamás a Israel sin valorar la enérgica y cruel respuesta militarizada del pequeño país. Discrepancias, ideológicas, geográficas, religiosas y políticas que, en teoría, el diálogo político debería resolver. Política que en la geografía mundial abundan los casos que dependen de la voluntad de un solo hombre, de un líder presidente o primer ministro de Estado así haya sido electo por la voluntad popular, o por imposición de la fuerza militar, o por subterfugios disfrazados de legalidad y democracia.

Cambios de los que surgen dudas e incertidumbre sobre el futuro inmediato y tardío.

Lidiar con la duda es una cuestión compleja que llega a provocar miedo, temor a lo que afectará a un país, a la familia o a una persona. Empero, tratándose de política, tanto interna como externa en particular en un país con grandes inversiones extranjeras que dan trabajo del que dependen y dan de comer a millones de familias, surgen las vacilaciones que perturban la convivencia pacífica, que, si agregamos la destrucción de las bases que sostienen el modelo de república democrática se crea una situación de incertidumbre ligada a una sarta de probabilidades que causan inquietud y ansiedad que suele desestabilizar la armonía entre las fuerzas que sostienen la paz social e impide prever lo que sucederá mañana. En el caso de nuestro golpeado y violento país, está enfrentando cambios sociopolíticos amenazados por el poder del país con el que median tres mil kilómetros de frontera que fuerza a la interdependencia cultural y económica, siendo como siempre, el de lado más débil el que sufra más las consecuencias.

No simpatizo con el mendaz recién electo presidente de los Estados Unidos, si bien no es lo mismo la perorata de campaña al discurso una vez asegurado el triunfo, no dejan de ser inquietantes intenciones que, si observamos con frialdad, el primer objetivo de cualquier mandatario es procurar mejores condiciones de vida para sus conciudadanos y no podemos negar que el T-MEC ha reducido la oferta laboral en los Estados Unidos y abaratado los salarios de los trabajadores allende el Bravo.

flokay33@gmail.com

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