/ viernes 28 de junio de 2024

El Triste

Triste, me despierto, hay humedad en el ambiente porque la funda está mojada, no tengo goteras a pesar de que la hice hace más de treinta años, la sangre me dicta palpitaciones irreconocibles, he sudado, quizás tuve pesadillas, no he visto al sol cantar, su silencio me hace dolor de cabeza, los ojos creo que derramaron agua también , hubo cierta secreción en mis fosas nasales porque el respirar se me dificulta, se me moja la ropa con cualquier movimiento, mis pupilas se han dilatado ante tantas noticias del fraude, de que las canicas no eran las correctas, vi fotos de las chamaquitas emulando a los grandes y que se la han pasado cruzando hojas y hojas en la parte indicada en ese día, volaban las boletas como si llevaran prisa, camiones trasladaron fajos y cajas ya marcadas, los vientos de un accidente destaparon el engaño y vinieron a relucir esas hojas que guardaban el engaño y que nos gritaban que habían sido violadas con marcador desde antes de su partida, los transportes de gobiernos escondían los cargamentos como si fuera droga no autorizada. Se pagaron anticipos en los otros días y las mujeres con pants, o ropa informal se formaron días después en la dirección acordada, para recibir la otra mitad ya tratada, esas mil monedas que judas vendió a un hombre y que ahora no aparece en escrituras sino en pequeños testigos de celular, se les ve inmutables porque les dijeron que no había problema en marcar la venta de la dignidad sino al contrario se llevarían más mandado a la cocina, o que pueden gastarlo en yoppel. La danza de los billetes se vio marcada en muchas bardas, se pintaban después de encalarlas, los letreros del cielo se compraron en miles y miles de lugares, para que vieran la cara, conocieran la imagen, las lonas se dieron al por mayor como banderas en el mes patrio se cubrieron calles y casas ante nuestras miradas y nuestras preguntas, la gran lucha se estaba dando antes de que sonara la campana, miles de monaguillos de la calle deformando su labor solamente para visitar y condicionar la mano estirada y contra la plaquita de plástico que les convenía dar o mostrar para registrar los números y que muchos al querer hacer su sufragio ya alguien les había hecho el favor. Muchos fueron amenazados, forzados y advertidos porque lo juraron, porque es un buen el recurso que sacan en los verdes banquitos, todo formaba parte para que disminuya su pobreza aunque los muros de la casa no se han todavía aplanado y que la pobreza les guarda en las calles con polvo diario y perros defecando en las orillas de las ramas y pastos gruesos que brotan en lo que les indicaron va una banqueta, todo salió como cuando los transportaron a la capital a gritarle a la de guinda, las gorras eran gratis, las playeras y las banderolas a los que alcanzaban, las aguas de sabores que a veces compran en la tienda de la colonia, los paseos eran gratis pero deberían ir a donde los llevaran a donde les tirara el autobús acarreados por la doña que era la que los juntaba, unos conocieron las capitales otras hasta al muchacho se llevaban, el caso era además de todo unos cien pesitos gratis hasta quinientos todos sacados de la magia que transformaba todo y que no lo tendrán hasta otra que les digan. Nada pudo impedir la faramalla tan grande que formaron los zurdos, planeado desde antes para no dejar pasar las verdades, para ocultar en lo oscuro lo que guardaban, nosotros vimos todo y les salió bien, aunque les buscaron en las manos pero las escondieron, presentaron la cara con la sonrisa puesta, mas no dejo de llorar lo que perdimos y que se nos arrebató el helado de la mano mientras nos hacían voltear.

Triste, me despierto, hay humedad en el ambiente porque la funda está mojada, no tengo goteras a pesar de que la hice hace más de treinta años, la sangre me dicta palpitaciones irreconocibles, he sudado, quizás tuve pesadillas, no he visto al sol cantar, su silencio me hace dolor de cabeza, los ojos creo que derramaron agua también , hubo cierta secreción en mis fosas nasales porque el respirar se me dificulta, se me moja la ropa con cualquier movimiento, mis pupilas se han dilatado ante tantas noticias del fraude, de que las canicas no eran las correctas, vi fotos de las chamaquitas emulando a los grandes y que se la han pasado cruzando hojas y hojas en la parte indicada en ese día, volaban las boletas como si llevaran prisa, camiones trasladaron fajos y cajas ya marcadas, los vientos de un accidente destaparon el engaño y vinieron a relucir esas hojas que guardaban el engaño y que nos gritaban que habían sido violadas con marcador desde antes de su partida, los transportes de gobiernos escondían los cargamentos como si fuera droga no autorizada. Se pagaron anticipos en los otros días y las mujeres con pants, o ropa informal se formaron días después en la dirección acordada, para recibir la otra mitad ya tratada, esas mil monedas que judas vendió a un hombre y que ahora no aparece en escrituras sino en pequeños testigos de celular, se les ve inmutables porque les dijeron que no había problema en marcar la venta de la dignidad sino al contrario se llevarían más mandado a la cocina, o que pueden gastarlo en yoppel. La danza de los billetes se vio marcada en muchas bardas, se pintaban después de encalarlas, los letreros del cielo se compraron en miles y miles de lugares, para que vieran la cara, conocieran la imagen, las lonas se dieron al por mayor como banderas en el mes patrio se cubrieron calles y casas ante nuestras miradas y nuestras preguntas, la gran lucha se estaba dando antes de que sonara la campana, miles de monaguillos de la calle deformando su labor solamente para visitar y condicionar la mano estirada y contra la plaquita de plástico que les convenía dar o mostrar para registrar los números y que muchos al querer hacer su sufragio ya alguien les había hecho el favor. Muchos fueron amenazados, forzados y advertidos porque lo juraron, porque es un buen el recurso que sacan en los verdes banquitos, todo formaba parte para que disminuya su pobreza aunque los muros de la casa no se han todavía aplanado y que la pobreza les guarda en las calles con polvo diario y perros defecando en las orillas de las ramas y pastos gruesos que brotan en lo que les indicaron va una banqueta, todo salió como cuando los transportaron a la capital a gritarle a la de guinda, las gorras eran gratis, las playeras y las banderolas a los que alcanzaban, las aguas de sabores que a veces compran en la tienda de la colonia, los paseos eran gratis pero deberían ir a donde los llevaran a donde les tirara el autobús acarreados por la doña que era la que los juntaba, unos conocieron las capitales otras hasta al muchacho se llevaban, el caso era además de todo unos cien pesitos gratis hasta quinientos todos sacados de la magia que transformaba todo y que no lo tendrán hasta otra que les digan. Nada pudo impedir la faramalla tan grande que formaron los zurdos, planeado desde antes para no dejar pasar las verdades, para ocultar en lo oscuro lo que guardaban, nosotros vimos todo y les salió bien, aunque les buscaron en las manos pero las escondieron, presentaron la cara con la sonrisa puesta, mas no dejo de llorar lo que perdimos y que se nos arrebató el helado de la mano mientras nos hacían voltear.