/ sábado 3 de agosto de 2024

El proyecto de una Escuela Normal Mixta en el estado de Guanajuato a fines de 1852

Históricamente, Guanajuato fue una de las primeras entidades del país, que tuvo una Escuela Normal Lancasteriana, fundada en el mes de enero de 1825 en su capital. Si bien es cierto, que la naciente institución en sus comienzos, atravesó por varios problemas relativos a su organización y administración escolar. Con el paso de los años, este loable establecimiento fue consolidando su estructura funcional, sobre todo, tras una serie de decretos y disposiciones legales que le dieron soporte y proyección más allá de los lindes estatales. Desde un principio, la Normal dispuso la incorporación de las mujeres en sus aulas, lo que resultó en la incursión de ellas, en la carrera de Primeras Letras y tener a la primera generación de maestras certificadas en 1827.

Ahora bien, hombres y mujeres estuvieron tomando sus cursos en recintos diferentes. En el caso de los primeros, su sede fue la 1ª. Escuela Pública de Niños; la cual también tuvo su domicilio al interior de la Alhóndiga. Mientras que las féminas, acudieron a la 1ª. Escuela Pública de Niñas, ubicada en unos espacios al interior del Hospital de Belén. Las prácticas se hacían en los establecimientos designados por el director de la Normal.

Debido al éxito de la carrera del magisterio, entre las décadas de 1830 y 1840 por parte de las mujeres, quienes no dudaron en estudiar y graduarse de la misma; el gobernador Lic. Antonio Bribiesca, apoyó ante el Congreso del Estado, la creación de una Escuela Normal Mixta en diciembre de 1852. Con esta declaratoria, se pretendió que ambos sexos acudieran a realizar sus estudios en la misma institución. Por ello, ha sido importante la modernización de la institución, en el sentido que se fijó un propósito de concentrar al alumnado en un recinto. No era una idea adelantada a su tiempo, porque nadie en efecto lo puede hacer. Más bien, fue el resultado de las experiencias acumuladas, en donde las mujeres han sido el factor clave para entender esta dinámica.

La demanda de la carrera de Primeras Letras, creció en el número de egresadas y tituladas, justamente en la década de 1850. Lo que derivó sostener la propuesta de una Normal Mixta. Para la modernización pedagógica, se recurrió al maestro francés, Enrique Mathiew de Fossey, quien fue nombrado director de la nueva escuela. Él se desempeñó en tal puesto hasta marzo de 1855. Durante su administración se introdujeron aspectos relevantes, tales como abordar la teoría pedagógica, la cual acercó a los/as estudiantes, a conocer las tendencias educativas, métodos y técnicas puestas en boga. Por ello, Fossey con toda su gran experiencia forjada en Francia y en Europa, enriqueció aún más los cursos de la Normal. Esto, orilló también a su contratación como catedrático en el Colegio del Estado.

A pesar de los aires renovadores, las prácticas de los hombres y mujeres aspirantes al magisterio, estuvieron haciendo sus prácticas en las escuelas de instrucción elemental, según el sexo correspondiente. Pero no era de extrañarse, puesto que los hombres, no podían ejercer la instrucción en los establecimientos de niñas, aunque hubo cierta excepción con el preceptor Luna; y lo mismo en el caso femenino. Pero algo que resultó innovador para la época, fue que varias maestras pudieron abrir escuelas particulares para varones únicamente; otras prefirieron administrar instituciones mixtas y algunas más, específicamente enseñanza de niñas. Por ello, el ambiente privado de la educación, al menos en la ciudad de Guanajuato, permitió más apertura laboral para las maestras, sobre todo en la década de 1860.

Lo anterior, fue por el impacto ciertamente de la Escuela Normal Mixta, que aunque no modificó sustancialmente el plan de estudio, permitió incorporar a hombres y mujeres en un establecimiento. Esto desde luego, requiere ser mayormente investigado a profundidad, justamente porque la entidad, regularmente se le ha asociado con el conservadurismo; pero cuando se van conociendo aspectos como lo de la Normal Mixta, nos asoma a un panorama de ambiente liberal que se vivía en la capital del estado, lo cual preparó el camino para que otras mujeres comenzaran a inscribirse en el Colegio del Estado hacia la década de 1880, en la nada fácil de Medicina. Pero los vientos de cambio soplaban y Guanajuato fue testigo de esto.

Históricamente, Guanajuato fue una de las primeras entidades del país, que tuvo una Escuela Normal Lancasteriana, fundada en el mes de enero de 1825 en su capital. Si bien es cierto, que la naciente institución en sus comienzos, atravesó por varios problemas relativos a su organización y administración escolar. Con el paso de los años, este loable establecimiento fue consolidando su estructura funcional, sobre todo, tras una serie de decretos y disposiciones legales que le dieron soporte y proyección más allá de los lindes estatales. Desde un principio, la Normal dispuso la incorporación de las mujeres en sus aulas, lo que resultó en la incursión de ellas, en la carrera de Primeras Letras y tener a la primera generación de maestras certificadas en 1827.

Ahora bien, hombres y mujeres estuvieron tomando sus cursos en recintos diferentes. En el caso de los primeros, su sede fue la 1ª. Escuela Pública de Niños; la cual también tuvo su domicilio al interior de la Alhóndiga. Mientras que las féminas, acudieron a la 1ª. Escuela Pública de Niñas, ubicada en unos espacios al interior del Hospital de Belén. Las prácticas se hacían en los establecimientos designados por el director de la Normal.

Debido al éxito de la carrera del magisterio, entre las décadas de 1830 y 1840 por parte de las mujeres, quienes no dudaron en estudiar y graduarse de la misma; el gobernador Lic. Antonio Bribiesca, apoyó ante el Congreso del Estado, la creación de una Escuela Normal Mixta en diciembre de 1852. Con esta declaratoria, se pretendió que ambos sexos acudieran a realizar sus estudios en la misma institución. Por ello, ha sido importante la modernización de la institución, en el sentido que se fijó un propósito de concentrar al alumnado en un recinto. No era una idea adelantada a su tiempo, porque nadie en efecto lo puede hacer. Más bien, fue el resultado de las experiencias acumuladas, en donde las mujeres han sido el factor clave para entender esta dinámica.

La demanda de la carrera de Primeras Letras, creció en el número de egresadas y tituladas, justamente en la década de 1850. Lo que derivó sostener la propuesta de una Normal Mixta. Para la modernización pedagógica, se recurrió al maestro francés, Enrique Mathiew de Fossey, quien fue nombrado director de la nueva escuela. Él se desempeñó en tal puesto hasta marzo de 1855. Durante su administración se introdujeron aspectos relevantes, tales como abordar la teoría pedagógica, la cual acercó a los/as estudiantes, a conocer las tendencias educativas, métodos y técnicas puestas en boga. Por ello, Fossey con toda su gran experiencia forjada en Francia y en Europa, enriqueció aún más los cursos de la Normal. Esto, orilló también a su contratación como catedrático en el Colegio del Estado.

A pesar de los aires renovadores, las prácticas de los hombres y mujeres aspirantes al magisterio, estuvieron haciendo sus prácticas en las escuelas de instrucción elemental, según el sexo correspondiente. Pero no era de extrañarse, puesto que los hombres, no podían ejercer la instrucción en los establecimientos de niñas, aunque hubo cierta excepción con el preceptor Luna; y lo mismo en el caso femenino. Pero algo que resultó innovador para la época, fue que varias maestras pudieron abrir escuelas particulares para varones únicamente; otras prefirieron administrar instituciones mixtas y algunas más, específicamente enseñanza de niñas. Por ello, el ambiente privado de la educación, al menos en la ciudad de Guanajuato, permitió más apertura laboral para las maestras, sobre todo en la década de 1860.

Lo anterior, fue por el impacto ciertamente de la Escuela Normal Mixta, que aunque no modificó sustancialmente el plan de estudio, permitió incorporar a hombres y mujeres en un establecimiento. Esto desde luego, requiere ser mayormente investigado a profundidad, justamente porque la entidad, regularmente se le ha asociado con el conservadurismo; pero cuando se van conociendo aspectos como lo de la Normal Mixta, nos asoma a un panorama de ambiente liberal que se vivía en la capital del estado, lo cual preparó el camino para que otras mujeres comenzaran a inscribirse en el Colegio del Estado hacia la década de 1880, en la nada fácil de Medicina. Pero los vientos de cambio soplaban y Guanajuato fue testigo de esto.

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