Sorprendentes cambios en la dinámica de convivencia de las y los celayenses.
La dinámica de convivencia social de las y los celayenses ha sufrido profundas modificaciones en las últimas décadas. Estas modificaciones han impactado la estructura de las familias, los estilos de vida de las personas, la capacidad de acceder a los derechos fundamentales de todo ser humano y, evidentemente, en la velocidad y profundidad con la que los individuos y la comunidad procuran su desarrollo integral. Las estadísticas presentadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en las últimas semanas, referentes a la natalidad, nupcialidad y divorcios en el 2022, a nivel municipal, dejan enormes reflexiones que la sociedad debe de abordar, con una visión amplia de la realidad en un ejercicio objetivo que conduzca a conclusiones en las que se sustenten las propuestas que aceleren el desarrollo y bienestar de todas y todos.
Empecemos repasando las estadísticas relativas a la natalidad. En el municipio de Celaya, el 26 por ciento de las mujeres que registraron un hijo a hija, en el año 2022, tenía de 20 a 24 años al momento de ser madre, siendo el rango de edad de mayor incidencia de maternidad; de forma preocupante, aún se observa un 15 por ciento de mujeres que fueron madres antes de los 20 años.
En Celaya, el 52 por ciento de las madres que registraron un hijo o hija declara haber sido madre viviendo en ‘unión libre’; con ello, entre los cinco municipios del estado con mayor cantidad de registros de nacimiento en el 2022, Celaya fue el que observó la mayor proporción de mujeres que fue madre en el estado conyugal de ‘unión libre’.
En congruencia con la estadística anterior, Celaya fue el municipio, entre los cinco con mayor población en Guanajuato, en el que se observó la menor proporción de mujeres que registraron un hijo o hija estando casada al momento de ser madre. Solo una de cada tres mujeres celayenses que tuvo un hijo estaba legalmente casada al momento de tenerlo. Hace 37 años, correspondiente al registro más antiguo que presenta el INEGI, el 78 por ciento de las mujeres que fueron madres estaba legalmente casada. Es decir, en 37 años, el porcentaje de mujeres celayenses que fue madre estando casada se ha reducido en 45 puntos porcentuales.
En Celaya, el 43 por ciento de las mujeres que registraron un hijo o hija en el 2022 tenía como máximo nivel de estudio la secundaria. El 32 por ciento se encontraba laboralmente activa al momento de ser madre, proporción que resultó cinco puntos por arriba del agregado del estado y que refleja la gran aportación que las mujeres celayenses, incluso al momento de ejercer la maternidad, generan al desarrollo económico del municipio. 37 años atrás, solo el 8.5 por ciento de las celayenses que fueron madres lo hicieron encontrándose económicamente activas.
Resulta evidente que en la actualidad, una mujer celayense decide ejercer la maternidad sin condicionar dicho ejercicio a estar legalmente casada o al tener que dedicar el cien por ciento de su tiempo a ejercer la maternidad y por lo tanto no poder contar con una actividad económica, como sí ocurría tres décadas atrás.
Con relación a las estadísticas de nupcialidad y divorcios, la realidad no es menos sorprendente. En el 2022, en Celaya ocurrieron 2 mil 523 matrimonios, es decir, 6.7 matrimonios por cada mil celayenses mayores de 18 años. Hace 28 años, en 1995, ocurrieron 2 mil 755 matrimonios, es decir, 13.7 matrimonios por cada mil celayenses mayores de 18 años. En este sentido, podemos afirmar que la tasa de nupcialidad en Celaya se ha reducido casi a la mitad en las últimas tres décadas, el 49.4 por ciento. Entre 1993 y el 2002, en Celaya ocurrieron 29 mil 725 matrimonios; del 2003 al 2012 ocurrieron 25 mil 752 matrimonios; entre el 2013 y el 2022 ocurrieron solo 23 mil 738 matrimonios. Entre la primera y la última década descrita, la cantidad de matrimonios se redujo en Celaya en un 20 por ciento, mientras que la población mayor de 18 años aumentó en un 85 por ciento.
En cuanto a la edad en el que las y los celayenses decidieron contraer nupcias en el 2022, la mayoría lo hizo al tener entre 25 y 29 años; en 1995, la mayoría de contrayentes en Celaya tuvo una edad al casarse entre 20 y 24 años de edad. Con ello, podemos afirmar que existe evidencia estadística de que, en las últimas tres décadas, las y los celayenses mayores de 18 años han disminuido en un 49 por ciento la decisión de unirse en matrimonio y, además, quienes lo han hecho lo han consumado en promedio, con 5 años adicionales de edad.
Por el contrario, las estadísticas de divorcio en el municipio muestran una importante tendencia de crecimiento. En Celaya, en el 2022, ocurrieron 9 mil 272 divorcios; es decir, por cada matrimonio registrado en el año, se registraron 0.42 divorcios. La relación divorcios-matrimonios, en 1985 fue de solo 0.046, casi diez veces menor a la registrada en el 2022. En Celaya, la incidencia de divorcios en el 2022 fue 43 por ciento mayor a la incidencia promedio del estado de Guanajuato. Entre 1993 y el 2002, en Celaya ocurrieron mil 724 divorcios; del 2003 al 2012 ocurrieron 4 mil 187 divorcios; entre el 2013 y el 2022 ocurrieron 9 mil 465 divorcios. Entre la primera y la última década descrita, la cantidad de divorcios en Celaya aumentó en un 449 por ciento.
La reflexión es obligada; ¿está la comunidad y sus instituciones avanzando a la misma velocidad a la que avanzan los cambios en la dinámica de la convivencia social? Debemos de garantizar el acceso de todos los derechos de todas y todos los celayenses. De las niñas, los niños y jóvenes independientemente de la estructura familiar en la que nacen y crecen; y de todas las mujeres, independientemente de su estado civil o de su actividad económica. Las organizaciones de la sociedad civil, los diferentes órdenes de gobierno, las instituciones del estado, como las instituciones de educación y de asistencia social; las asociaciones religiosas y cualquier centro de convivencia social, deben de adaptar la forma en la que se relacionan con las personas y la forma en la que deben de contribuir para alcanzar el desarrollo integral de todas y todos.
LA VIRTUD DEL JUSTO MEDIO
La verdad nunca ha sido absoluta; tarde o temprano la evolución a través del tiempo confirma el pensamiento de Ortega y Gasset. Cada individuo es él y su propia circunstancia. El resto, deberíamos de contribuir positivamente en la circunstancia de los demás, sin emitir juicio de lo que cada persona decide sobre sí misma, mientras no dañe los derechos ajenos. ¿Cómo impacta Usted positivamente en las circunstancias de quienes lo rodean?