/ viernes 8 de noviembre de 2024

El Espectador / Guanajuato aplica nueva estrategia contra los malos

En el estado de Guanajuato, donde hace poco llegó a gobernar la panista Libia Dennise García, viven una jornada violenta que no tiene precedentes y no parece tener fin, todos los días recibimos reportes de muerte y extorsión.

Las autoridades suponen que todo se origina por la disputa del estado entre los cárteles del crimen organizado, locales y nacionales.

Mientras tanto, los ciudadanos a diario ven ocurrir homicidios, secuestros y extorsiones que, en algunos casos, han ocasionando a los comercios una caída en sus ventas de hasta 70 por ciento. Hay mucho miedo en la zona.

Desde antes de llegar a la gubernatura García Muñoz Ledo se rodeó de un grupo de expertos en seguridad para tratar de elaborar una estrategia que le permitiera frenar el escenario de terror que viven los guanajuatenses.

Sabía con anticipación que la principal problemática a la que se iba a enfrentar es la violencia y la inseguridad. En corto aseguraba que la estrategia de su antecesor, el también panista Diego Sinhué Rodríguez, no había sido suficiente. Desde entonces se empezaba a perfilar CONFIA, el acrónimo de Coordinación Operativa de la Nueva Fuerza de Inteligencia Anticrimen, la estrategia con la que se pretende recuperar la tan ansiada paz en aquella entidad o, por lo menos, disminuir los hechos delictivos que a veces han generado hasta 32 homicidios dolosos en tan sólo 24 horas.

Básicamente, se va a atender de manera regionalizada el problema; pues la inseguridad y la violencia no tienen el mismo nivel de complejidad en todos los municipios. Por ejemplo, en el equipo de Libia Denisse saben que en esa plaza hay al menos siete diferentes grupos delictivos de alta peligrosidad, ubicados en municipios específicos cada uno y peleando entre ellos por ganar territorio.

En León, por mencionar un caso, coexisten el Cártel Jalisco, el Cártel Nueva Plaza, el Cártel de Santa Rosa, Los Durango y La Unión de León.

En tanto, en Celaya, disputan el territorio el CJNG y el Santa Rosa de Lima; lo que ha ocasionado que la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados acuse un repunte del delito de extorsión que afecta gravemente sus actividades.

La estrategia también implica una especie de blindaje de las fronteras del estado, para evitar que los grupos criminales de Jalisco, Zacatecas, San Luis Potosí o Michoacán tengan paso libre para delinquir o transportar ilícitos por aquella zona.

El problema es que, tan sólo en la entidad que gobierna Alfredo Ramírez Bedolla hay hasta 24 organizaciones delictivas operando al mismo tiempo.

Además de fuerza policial, la apuesta es la tecnología para generar productos de inteligencia estratégica y facilitar la sistematización de la información con el objetivo de identificar patrones criminales y estructuras delictivas.

Lo cierto es que la ciudadanía no ha visto nada, pero sigue esperando que con nuevas autoridades vuelvan a interesarse en darle seguridad a sus gobernados, olvidados desde hace mucho tiempo por sus políticos que siguen negando, como en Guerrero, que la violencia y los fuegos cruzados son cosa de todos los días.