El ejercicio periodístico tiene sus particularidades, si se trata del reportaje, también tiene ramales. De manera sustancial su finalidad es informar. No está exento de la opinión de su emisor y esto, incluso, le imprime un estilo. Por lo regular se reporta en forma oral y por escrito sobre hechos o situaciones de interés generalizado. Tiene un canal de comunicación. Por supuesto, existen especialidades en el reportaje: científico, de investigación, explicativo, de interés humano, autobiográfico, narrativo, etcétera; siendo los más comunes.
Los elementos básicos del reportaje, generalmente aceptados son: Una temática real, de preferencia actual, y su gama es amplia, tanto que abarca cualquier actividad humana; debe ser interesante o despertar el interés del público o de un segmento social al que vaya dirigido; tiene un canal de conducción o emisión, en nuestro medio es la televisión, la radio, los periódicos tradicionales y los medios electrónicos. Cabe destacar que las redes sociales, estrictamente, no son un medio periodístico, aunque en algunos casos signifiquen una noticia, o la mención de hechos o situaciones producidas en un sitio y contexto específico, sin embargo, no es obstáculo, para que de las redes sociales pueda originarse un reportaje.
¿A qué se debe este esbozo sobre el reportaje? Pues se intenta lograr que el público lector -sin perjuicio de que ya lo sepa- tenga plena consciencia sobre lo que significa, pura y llanamente, el quehacer periodístico, hoy con intención de degradarlo sin más razón, que los hechos contradicen el discurso político desde Palacio. Claro, podrán decir, estimados y pacientes lectores, al igual, hay periodismo inescrupuloso, vendido o de mala índole.
El asunto más álgido en las noticias ha sido el efecto producido por el huracán Otis, en particular, en la costa grande de Guerrero. No voy a entrar en polémicas partidistas y/o políticas, sino en los hechos notorios: El desastre, que si bien, no podía detenerse, sí debió disminuirse en los estragos. Para casi nadie es un secreto, que este tipo de fenómenos se visualizan por los medios de control de riesgos meteorológicos, con horas de anticipación (Un ejemplo, en los EUA, se dio desde la Florida, un aviso con más de veinte horas de antelación). Y tiene sustento para que se tomen las providencias posibles, en particular, la protección de vidas humanas. Con toda la buena fe del caso, la gran pregunta es: ¿Por qué en México, no se hizo tal prevención?
No cabe, ni vale ningún pretexto. También es muy sabido que la SEDENA tiene o, mejor dicho, parece ser que tenía, amplia experiencia en apoyar a los mexicanos, en momentos de desastres naturales. En esta ocasión, llegaron, pero tarde y sus acciones no fueron eficaces. Incluso, como es usual, hubo respuesta de personas o grupos privados, para apoyar a los damnificados, pero, inusitadamente fueron copados, con manotazos desde Palacio, con retenes de la GN o el Ejército, perdiendo horas importantes para paliar la situación de los afectados. La verdad, no sé estimados lectores de ambos géneros y los que resulten, ni entiendo la insidia que impidió, primero, el aviso oportuno, luego, desdeñar y querer parar la reacción de solidaridad de apoyo, y menos aún, que se haya querido aprovechar la desgracia con fines político-electorales. Mientras algunos medios, en particular aquellos con más recursos para poder llegar al lugar de la desgracia y desde ahí, en vivo, reportar los hechos, las imágenes, las personas, etcétera. Destrucción total, ¿Cómo y para qué, ocultarla? En principio no es culpa del gobierno -en sus tres niveles, como se dice-, pero sí son responsables de indolencia, de mal manejo, de soberbia, incluso. Todo a costa de vidas y patrimonio de esos hermanos guerrerenses, que han dado muestra, no sólo de entereza, sino gran molestia con las autoridades gubernamentales, por haberlos dejado solos en momentos tan álgidos.
Desde luego, hay también -además de algunos “políticos”- personas que abusan, hasta de manera criminal, la situación de escasez, en particular de víveres, encareciendo esos productos. Parece increíble, que haya lugares en Acapulco que quieren vender entre 120 y 150, ¡Un kilo de tortillas! (Ojalá sea “fake-news”). Faltaría que la Profeco, haga pruebas a ver de qué están hechas las tortillas, con la “masa” de Maseca. Dudo que sean de puro maíz. En fin. Y no me desvío, es parte de la problemática de escasez, por efecto de “Don Otis”.
LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Otra cosa que resulta y es muy lamentable, es que el gobierno es indolente, con todo y los discursos de cuentas alegres. No se vale querer tapar la irresponsabilidad, echando culpas al pasado, a la prensa, a los “enemigos políticos”. Y bueno, si ni así, con hechos notorios, se logra ver la realidad, la iniquidad desde el mentado Palacio, que da preferencia a las mañaneras, en sustancia auto aduladoras, pues se entenderá por qué estamos como estamos.
Opacidad, la marca de este gobierno federal, pues por una parte ya aseguraron que el mentado FONDEN, no se “tocó” y esos recursos están intactos, resguardados en Hacienda; pero, por otra parte, en otra “sagaz ocurrencia” se tiró el anzuelo al PJF (A la ministra Norma Piña, en realidad), para que, de ahí, de otro “fondo” (13 Fideicomisos, que se ordenó, “cancelar”) se tomen para la reconstrucción de la zona del desastre natural, mencionado. La ayuda, sin etiquetas es la mejor, lo lamentable es el manejo político, aprovechar para llevar agua al molino del color que sea, como si en verdad, el apoyo fuera sin condiciones, sin intención de ganar votos, o medallas, cuando no es así. Se corre el riesgo del repudio social, lo que significa el efecto contrario al que buscan a toda costa, los magentas desde Palacio. Vaya pues. Y felicidades, muchas gracias a todos los que apoyaron, o sigan cooperando con alguna cosa, para los damnificados de Guerrero, no pierdan nunca esa solidaridad, sin colores políticos. Es lo que hay. Cuídense mucho. No olviden que los sábados, los espero a las 11 am, por Facebook, en “Movilidad con Futuro”, construyendo nuevos ciudadanos.